Un pequeño departamento. Al fondo una puerta que da al balcón. Todas las luces apagadas, es de noche. Llega LUCY, se le nota que viene enfiestada

Larissa Torres Millarez

PERSONAJES

LUCY, mujer de 22 años

LUCÍA, mujer de 30 años

Un pequeño departamento. Al fondo una puerta que da al balcón. Todas las luces apagadas, es de noche. Llega LUCY, se le nota que viene enfiestada. Sin prender la luz va a la cocina por un vaso de agua.

LUCY: (Canta.) Happy el birthday to me… Happy el birthday tuviiiii… Happy el birthday, querida y guapísima y perrísima Lucyyyyyy… Happy el birth/

LUCÍA: ¿Nos divertimos?

LUCY (Sobresaltada): ¡Ah, no te pases! ¿Qué haces allí sentada? Pareces fantasma.

LUCÍA: Esperándote.

LUCY: Oh perdón, ¡pareces mamá!

(LUCY prende la luz y se da cuenta que LUCÍA la estaba esperando con un pastel que lleva las velitas del número 30.)

LUCY: Ah… es tu cumpleaños.

LUCÍA: También.

LUCY: Bueno, bueno. Quita esa cara, se te está empezando a marcar aquí, el entrecejo.

(Ambas se llevan la mano al entrecejo, se dan un masajito y relajan el rostro con muecas raras, se dan cuenta que están haciendo lo mismo y sonríen.)

LUCY: Listo, nos vemos mucho mejor. Ahora sí, a festejar. (Condescendiente.) Está todo bien, prende las velitas… (Comienza a cantar.) Yyyyyy estas soooon…

LUCÍA: Por supuesto que no. ¡Mira la hora que es! Es muy…

(Al unísono)

LUCÍA: … tarde.

LUCY: … temprano.

LUCÍA: Para cantar las mañanitas.

LUCY: Pero es nuestro cumpleaños.

LUCÍA: También es el aniversario. Aquella vez, hoy para ti… no tardas en quererte cortar, pero ya estoy aquí.

LUCY: Tranquilízate, Lucía. Yo estoy aquí para ti.

LUCÍA: ¿Tú me vas a cuidar? Si ni siquiera sabes cuidarte a ti misma.

LUCY: ¡Qué… perra! ¿Qué no ves que estoy evitando pensar en eso?

LUCÍA: ¿Tú, evitar pensar?

LUCY: Dilo… ¡Di que fue mi culpa! Tienes años cargando la culpa por lo que pasó hoy, que hasta me convertiste en eso que eres.

LUCÍA: Ya vete… solo vienes a recordarme siempre lo malo.

LUCY: Tú fuiste la que sacó el temita, Lucía. Tú me estabas esperando, ¿no? Ahora hazte cargo.

(LUCY va a la cocina, toma un cuchillo.)

LUCÍA: Vete… antes de que en verdad me haga cargo.

LUCY: ¿Y qué vas a hacer? (Pone el filo del cuchillo en su muñeca.) ¿Eh? ¡Contéstame! ¿Acaso no me vas a detener…? (Acercándose a LUCÍA.) No, por supuesto que no, ahora la de las ideas suicidas eres tú. ¿Y yo? Yo soy la que no piensa, la que se deja llevar, a la que acaban de… (Pone el cuchillo en la entrepierna de LUCÍA.) ¿Te gusta…?

LUCÍA: La que se corta para sentir, eres tú… Niñita tonta.

(Mientras LUCÍA habla, LUCY mueve el cuchillo a las partes del cuerpo de LUCÍA.)

LUCÍA: Una cortadita aquí en la pierna… otra acá por un lado… donde no se vea. Que nadie lo vea... Y lo lograste, ya nadie nos ve.

LUCY: Eres patética. (Deja en paz el cuchillo, pero siempre en su mano.)

LUCÍA: Y tú sólo quieres llamar la atención. ¡¿No te das cuenta que tienes a todo el mundo a tus pies?! Siempre te quejas, siempre encuentras el lado malo.

LUCY: Entonces lo que ese tipo me acaba de hacer, no es malo. ¡No, ¿cómo?! Si está guapísimo… si es mi amigo… si todas quieren que sea su novio… si después tú te vas a casar con él. Y luego vas a querer tener su hijo, pero al parecer al buen Rolando no le funciona si hay consentimiento, ¿verdad?

LUCÍA: ¿Tú qué sabes? ¡Lárgate!

LUCY: Esta también es mi casa. Yo la encontré, yo di el depósito, yo…

LUCÍA: (Interrumpe) Yo pagué todos los meses que tenías en deuda.

LUCY: Obvio, por más que “tuvieras un dulce hogar”, sabías que si no estaba a tu nombre, no tenías casa en realidad. Siempre fuiste inteligente. Solo a veces nos confiamos.

LUCÍA: Sí, nos confiamos.

(LUCÍA le quita el cuchillo a LUCY que se pone en alerta. De un solo tajo, LUCÍA corta una rebana de pastel).

LUCY: (Riendo) Estás loca.

LUCÍA: Y tú estás joven.

LUCY: ¿Qué? También tú, 30 no es nada. Míranos, somos guapas, inteligentes, populares… o bueno, productivas en tu caso. Todavía nos faltan muchas cosas por vivir.

LUCÍA: No tienes idea. Trae unos platos o algo, la primera rebanada es para la cumpleañera.

(LUCY va a la cocina y regresa con un sobre con documentos.)

LUCÍA: Sí, también eso sirve.

LUCY: ¿Qué es?

LUCIA: Los papales del divorcio.

LUCY: ¡Esoooo! Una rebanada más grande para ti, celebras doble… ¿Por eso estás aquí?

LUCÍA: ¿Por qué?

LUCY: Porque estás haciendo lo que deberías haber hecho desde hace uhhhhh...

LUCÍA: Después de hoy, siempre vas a hacer lo que una se supone debe hacer. Boda a la iglesia y al civil; listo. Carrera respetada y empleo con prestaciones; listo. Departamento alquilado a escondidas y con propuesta de compra; listo.

LUCY: Vida perfecta e independiente…

LUCÍA: ¿Listo? Ni siquiera fui yo quien se lo pidió. ¡Todos nos dejan! Empezando por papá.

LUCY: Supongo que no debió haber sido fácil vivir con nosotras.

LUCÍA: ¿Cómo? ¿Ya lo vamos a perdonar? Ahhh cierto, tú todavía le hechas la culpa a mamá porque él se fue.

LUCY: ¿Y qué hizo ella? Dos horas a la semana con un psicólogo por cuatro meses no es la gran cosa.

LUCÍA: Al menos no esperó a nuestra fiesta de quince años para largarse y ni siquiera aparecer en las fotos de la última muñeca.

LUCY: Esa vez fue mi primera muñeca. (Hace el ademán de cortarse las muñecas).

LUCÍA: De nuevo en nuestro cumpleaños.

(Ambas comen pastel en silencio).

LUCÍA: ¿De verdad queremos vivir uno más?

LUCY: ¿Ahora quién nos va a hacer daño? Nunca se les puede dar gusto, a nadie, a todos, a mamá, a papá…

LUCÍA: A Ramiro…

LUCY: A ti.

LUCÍA: Yo sí te escucho. Yo sé que te quieres ir. (Pausa.) ¿Qué quiere Lucía? ¿Qué necesita Lucía?

LUCY: ¿Para ser feliz?

LUCÍA: Para seguir aquí. Para no irse. Para vivir. Estamos hartas… no, en realidad estamos cansadas, agotadas.

LUCY: Lucía no existe, es una máscara, una farsante, una posibilidad que no quiero ser.

LUCÍA: Nadie la conoce en realidad. Ni siquiera ella misma. Empezó como tú, sonriendo para no llorar.

LUCY: Cortándose para sentir otra cosa que no fuera esto. (Toma el cuchillo lleno de pastel).

LUCÍA: ¿Qué quieres?

LUCY: Morir… (Se va a cortar pero LUCÍA la detiene).

LUCÍA: No, Lucía quiere otra oportunidad para vivir… para vivir distinto.

LUCY: ¿Y eso cómo se hace?

LUCÍA: Enfrentando tus miedos. ¿A qué le tenemos miedo?

LUCY: A estar solas.

LUCÍA: A las alturas.

(LUCÍA lleva de la mano a LUCY hacia el balcón, ambas suben al margen del precipicio sin soltarle las manos. Miran hacia abajo).

LUCÍA: Déjame a mi cargar con la culpa. Por papá, por Ramiro, por lo que nos hizo hoy…

LUCY: No… aquella vez la culpa me cortó las venas, pero llegaste tú.

LUCÍA: Casi te matas.

LUCY: Ahora es mi turno de salvarte. Yo daré el paso.

LUCÍA: No te vayas, no me dejes.

LUCY: Jamás… firmarás el divorcio… y harás la denuncia por mi violación.

LUCÍA: ¿Todavía?

LUCY: Todavía es hoy. Cada palabra, cada gesto, cada sonido está aquí.

LUCÍA: Perdóname, traté de olvidarlo… Perdóname por todos estos años.

LUCY: Feliz cumpleaños… treintona. ¿Pedimos un deseo?

LUCÍA: Lo voy a hacer… voy a denunciar.

(LUCY y LUCÍA se abrazan, al hacerlo casi se caen por el balcón. Se sostienen una de la otra. Comienzan a reírse. Ambas bajan del balcón tarareando las mañanitas, van hacia la sala y comen pastel).

FIN

Larissa Torres Millarez. Dramaturga, dramaturgista y docente universitaria. Sus obras han sido presentadas en países como México, Argentina, Ecuador, Chile, EE. UU. y Grecia. Nació en Uruapan un 17 de mayo, justo como el Dr. le había pronosticado a su mamá.