Hace 23 años, en el templo de San Agustín, el entonces Prior General de la Orden de San Agustín concedió una entrevista al semanario de la Arquidiócesis de Morelia “Comunidad Cristiana”.

Juan Carlos Huante / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. El fraile agustino Robert Prevost fue electo papa el pasado 8 de mayo de 2025, luego de obtener la mayoría de dos tercios de los votos de los cardenales en dos días de Cónclave. Asumió el nombre de León XIV.

Siendo Prior General de los agustinos -cargo que ocupó durante dos periodos consecutivos, de 2001 a 2013- estuvo en Morelia en julio de 2002, un año después de haber asumido su encomienda a cargo de la Orden de San Agustín, fundada en 1244.

Hace 23 años, en el templo de San Agustín, Robert Prevost concedió una entrevista al semanario de la Arquidiócesis de Morelia “Comunidad Cristiana”, al término de la misa que se celebró con motivo de la peregrinación anual de la Provincia Agustiniana de San Nicolás de Tolentino de Michoacán.

En el diálogo abordó el tema del papel de la vida religiosa en ese momento, y en general la de todo cristiano católico. Entre otros aspectos, destacó que el mundo busca realmente modelos y testimonios de unidad, y lamentó que hubiera tanta división entre un solo pueblo, entre grupos dentro de un país y hasta en grupos de la Iglesia.

También habló sobre el egoísmo que conduce a la división, señalando que en lugar de ser humildes y buscar la unidad como Iglesia, “acabamos buscando nuestros propios intereses…”.

¿QUÉ DECLARÓ PREVOST?

Vida religiosa hoy: vocación de servicio y entrega*
(Texto íntegro de la entrevista)

“La vida religiosa, hoy, tiene una vocación especial, una vocación misionera, vocación de servicio y de entrega”, afirmó el Prior General de los Agustinos, P. Robert Prevost, al referirse a la vida religiosa y atendiendo al llamado que hace el Papa Juan Pablo II, a invitación de Jesús, de “remar mar adentro”.

Al ser entrevistado al término de la Eucaristía que se celebró con motivo de la Peregrinación anual de la Provincia de San Nicolás de Tolentino de Michoacán, el pasado 11 de julio (2002), en Morelia, el P. Prevost refirió que el Papa pone un reto muy grande no sólo a los religiosos, sino a todos los cristianos en la entrega; pero, ante todo, señaló que es con el ejemplo que los religiosos profesan a través de los consejos evangélicos de servir, de entregarse totalmente, sin reserva al servicio de la Iglesia, donde haya más necesidad.

Para el Prior General, el papel de la vida religiosa en el mundo actual, donde existen muchas propuestas ideológicas, es, sobre todo, el seguimiento de Cristo. “La vocación es entregar todo y ser fieles a Jesucristo”, dijo.

Destacó la riqueza que ofrece la vida religiosa con sus diversos carismas a la Iglesia; expresiones en las cuales se vive la profesión de los consejos evangélicos: pobreza, castidad y obediencia. Sin embargo, afirma que quizá la señal más grande que pueden ofrecer al mundo es, ciertamente, con el voto de castidad, de amar libremente a todos, y no tener afectos especiales limitados para una sola persona, sino realmente entregar nuestra vida en el servicio a toda la Iglesia.

Al ser cuestionado sobre el papel concreto que deben ejercer los Agustinos en la actualidad, señaló que el mundo de hoy está buscando realmente modelos y testimonios de unidad.

“Hay tanta división, aun entre un solo pueblo, entre grupos dentro de un país, a veces entre grupos de la Iglesia o ciertamente entre los cristianos. Creo que como cristianos es un escándalo las divisiones que existen, y que ahí también hay una llamada urgente de buscar siempre, como lo hizo San Agustín, construir y fomentar la unidad entre los cristianos”.

Respecto a las muchas propuestas que ofrece el mundo de hoy, y que pareciera que el mensaje del Evangelio, que fecundamente sembraron en estas tierras junto con otros religiosos, no se mantuvo con aquella fuerza con la que llegó, aseguró que sí se mantuvo, pero que muchos otros mensajes entraron, a decir de él, a crear esas divisiones, confusión. Incluso, dijo que si estudiamos con ojos muy prácticos, veríamos que ya desde el inicio de la Iglesia hubo algo de la misma experiencia.

“Es que a veces nuestro egoísmo lleva a una división; y en lugar de ser humildes y buscar cómo unirnos con la Iglesia, con Jesucristo, acabamos buscando nuestros propios intereses, y por ahí entran, entonces, esas otras ideas, esas divisiones, esos problemas”.

* Autor de la entrevista: Juan Carlos Huante,
publicada en el semanario Comunidad Cristiana,
Sección “Don Vasco”, el 28 de julio de 2002.