La presidenta de la República, Claudia Sheinbaum acusó a la ultraderecha internacional de intentar frenar la transformación, aseguró que su gobierno es respaldado por el pueblo de México.
Ciudad de México.-En su conferencia de la mañana, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, declaró que hay grupos de ultraderecha internacionales, muy conservadores, que no aceptan gobiernos elegidos por mayorías populares y prefieren administraciones alineadas con élites económicas.
Según su declaración, estos actores utilizan principalmente las redes sociales para descalificar, amplificar campañas de odio y socavar la legitimidad del gobierno mexicano.
La presidenta destacó que estos colectivos no actúan de manera aislada, sino que son parte de una ola global de extrema derecha que busca detener proyectos progresistas en América Latina. Afirmó que, a pesar de esta presión, su administración se mantiene “fortalecida” y respaldada por la ciudadanía, que –aseguró– reconoce mejoras en bienestar y reducción de la pobreza.
Uno de los mensajes clave de Sheinbaum fue la exigencia de que los actores políticos mexicanos “tomen posición” frente a la intervención extranjera. Señaló que el problema no es solo lo que ocurre fuera, sino que “hay algunos aquí” que buscan apoyo externo y recurren a Estados Unidos para solicitar presión contra el gobierno federal.
La presidenta distinguió entre la crítica interna legítima y la solicitud abierta de injerencia, y planteó que el debate no se trata de polarizar, sino de aclarar quién está a favor de la soberanía nacional y quién está dispuesto a subordinar decisiones internas a intereses externos. En este contexto, reivindicó su proyecto como un gobierno “del pueblo” frente a quienes –dijo– añoran esquemas de poder concentrados y mano dura.
En discursos recientes, Sheinbaum ha asociado el avance de la ultraderecha con una nostalgia por el porfiriato, etapa que relaciona con despojo, represión y una prensa sometida. A su juicio, sectores conservadores buscan restaurar un modelo de país con privilegios para unos pocos, discursos que normalizan la violencia y tolerancia a la desigualdad.
La mandataria también ha advertido que quienes reivindican la ultraderecha o promueven la mano dura “por encima de la ley” desconocen la historia mexicana y las luchas que dieron origen a las grandes transformaciones del país. Para ella, la actual 4T es parte de esa cadena histórica de cambios estructurales que apuestan por justicia social y redistribución de oportunidades.

