Lee Soon-jae fallece a los 91 años, dejando un legado imborrable tras siete décadas de actuación en Corea del Sur.
Corea del Sur.-Lee Soon-jae, una de las figuras más destacadas de la actuación en Corea del Sur, falleció a los 91 años después de una carrera de más de siete décadas. Su muerte fue confirmada el 25 de noviembre de 2025 por su familia y su agencia, SG Way Entertainment. Ocurrió en la madrugada en Seúl, tras haber enfrentado problemas de salud crónicos que lo llevaron a retirarse de los escenarios en octubre de 2024, cuando dejó la obra *Esperando a Godot otra vez*. Aunque no se especificó la causa exacta, se indicó que su muerte fue natural, asociada a su avanzada edad y estado de salud.
Nacido el 16 de noviembre de 1934 en Hoeryong, actualmente Corea del Norte, Lee se mudó a Seúl a los cuatro años con su familia, antes del inicio de la Guerra de Corea (1950-1953). Estudió filosofía en la Universidad Nacional de Seúl, donde se involucró en producciones teatrales estudiantiles. Su vida se caracterizó por su resiliencia y dedicación a las artes escénicas, siendo un pionero entre los actores televisivos de Corea del Sur.
Debutó en 1956 con la obra teatral *Más allá del horizonte* y en televisión en 1961 con el drama *¿Debería convertirme también en humano?* de KBS. Desde entonces, participó en más de 140 dramas televisivos, además de numerosas películas y montajes teatrales. Entre sus trabajos más memorables se encuentran:
- ¿Qué demonios es el amor? (1991)
- ¡Patada alta! (2006-2009)
- Abuelos en flor (2013-2018, que inspiró el remake estadounidense, Mejor tarde que nunca)
- Su célebre interpretación del Rey Lear de Shakespeare en 2021 y 2023, considerada una de las más memorables en la escena coreana por su duración de más de tres horas y su vitalidad a los 87 años.
En su última aparición pública, protagonizó la comedia *El perro lo sabe todo* (2024), que le valió el Gran Premio (Daesang) en los KBS Drama Awards de 2024, convirtiéndolo en el actor más longevo en recibir este honor.
Su talento y disciplina lo convirtieron en un referente cultural, conocido como “el padre de la televisión” y “el abuelo de la nación”. A lo largo de su carrera, recibió múltiples reconocimientos, entre ellos la Orden de Mérito Cultural Eungwan de segunda clase en 2018 por su contribución al entretenimiento, y el doctorado honorario en Medicina Oriental por la Universidad Kyung Hee en 2000.
Su legado fue celebrado tanto por instituciones culturales como por el público, que lo consideraba un símbolo de cercanía y sabiduría. Tras su muerte, el presidente Lee Jae-myung, junto con actores, directores y estrellas del K-pop como Taeyeon de Girls’ Generation, expresaron sus condolencias y destacaron su papel como maestro de nuevas generaciones.
El presidente Lee escribió en Facebook: “Desde el teatro hasta el cine y la televisión, nos trajo risas, emociones, consuelo y coraje”. Su funeral se llevará a cabo el 27 de noviembre en el salón del Centro Médico Asan, con un altar memorial público en la sede de KBS para que los admiradores rindan homenaje.
En el ámbito personal, Lee Soon-jae estuvo casado desde 1966 con Choi Hee-jung, a quien conoció durante sus años universitarios, y tuvo dos hijos. Mantuvo una vida familiar discreta, evitó polémicas públicas y se mantuvo fiel a una ética profesional que lo alejó de escándalos, consolidando su imagen como figura respetada y admirada.
Enfrentó las dificultades propias de una carrera extensa, incluyendo la censura en los primeros años de la televisión surcoreana, las tensiones políticas de la posguerra y su breve incursión en la política como miembro de la Asamblea Nacional (1992-1996) por el Partido Liberal Democrático.
También presidió la Asociación de Actores de Radiodifusión de Corea en los años 70 y 80, y enseñó actuación en la Universidad Gachon hasta recientemente, siempre defendiendo la dignidad de las artes escénicas.
La muerte de Lee Soon-jae marca el fin de una era en la cultura surcoreana. Su pasión por la actuación, su compromiso con la excelencia y su capacidad de conectar con el público lo convierten en un artista eterno. Su legado seguirá vivo en cada producción que llevó su sello y en las generaciones que lo consideran un maestro insustituible.
