Una de las más fuertes críticas de propios y extraños contra el senador Raúl Morón Orozco es que en su círculo político cercano cuenta con integrantes que no le ayudan en su imagen como aspirante serio a la gubernatura de Michoacán; si, se trata de una mayoría que a estas alturas se ve complicado deslindarse de ellas.

Si, una losa pesa tiene encima el ex dirigente magisterial y ya empezó a sentir los estragos que le acarrean algunos de ellos, como el caso específico que se ha mencionado, el del que fuera alcalde de Uruapan, Ignacio Campos Equihua. Y es que, a simple vista, no se ve que sean más que esté a su alrededor gente con los menos negativos posibles.

Al situar a Raúl Morón como el Pípila, como dice el encabezado, no se refiere a ninguna alusión, aunque pareciera y es que, como se recordará, la leyenda dice que en la guerra de la Independencia, el segundo trató de quemar la puerta principal de la Alhóndiga de Granadita, una fortaleza custodiada los enemigos de los insurgentes, los realistas.

No, como se señala en el segundo párrafo de este texto, el miembro de la Cámara Alta del Senado tiene un losa pesada con varios de sus más cercanos, cuya mayoría asiste al cuarto de guerra, en el cual se contextualiza el entorno político electoral del estadoa, se analiza y se acuerdan estrategias a seguir en la lucha por su candidatura

Si, complicado de deslindarse de esos contados e identificados cercanos que salvo excepciones no poseen grandes o siquiera medianas estructuras o liderazgos de bases, de militantes y de simpatizantes morenistas, pero, como la Puerta de Alcalá: ahí están, ahí están… Con todo, si, todavía es tiempo de hacer una depuración, una operación quirúrgica.

Por lo pronto, con el caso de la muerte de Carlos Manzo, Raúl Morón Orozco tuvieron una baja en las preferencias políticas electorales que veremos si es capaz e recuperar lo perdido, sobre todo antes de que inicie realmente la lucha guinda por la candidatura a gobernad@r, en la cual habrá guerra sucia contra sus cercanos, aquellos que lo hacen ver como el Pípila.