Editorial | PLAN MICHOACÁN, MÁS ALLÁ DEL DISCURSO
Hay una serie de críticas contra la implementación del llamado Plan Michoacán por la Paz y la Justicia, sobre todo en dos vertientes, una que se trata de la conjugación de un centenar de acciones gubernamentales previamente agendadas en programas y obras públicas por parte de los ejecutivos federal y estatal, y otra que no va a fondo en la lucha contra la inseguridad.
En lo que compete a lo primero, dejando a un lado si son o no réplicas del pasado, hay que considerar que no solo, realmente, se visibilizan esas acciones, sino que se etiquetan en los presupuestos para no dar marcha atrás, aunque, eso sí, no hay una puntual definición de los tiempos para su culminación; ahora, con lupa ciudadana, hay que estar fiscalizando cada paso de su desarrollo.
En cuanto al tema de la lucha y/o combate contra la inseguridad, como ya se ha dicho no basta la presencia policiaca militar en regiones en donde la violencia es una constante, en el Plan no hay puntualizaciones sobre objetivos específicos, lo cual sería la socialización de una estrategia que provocaría un aviso a los grupos delincuenciales dispersados por el territorio michoacano.
En ese sentido, recientemente el secretario de Seguridad Pública y Ciudadana, Omar García Harfuch, declaró que ya “hay líderes que cuentan con órdenes de aprehensión y otros que están en proceso de que se obtengan”. Señaló que, en el Plan Michoacán, en seguridad, lo primero es identificar quiénes son los generadores de violencia, aunque, acotó, que en esa parte hay sustanciales avances.
Sin embargo, poco a poco, a través de lo que pareciera un rompecabezas, se van delineando algunas metas en ese rubro, como combinar la presencia policiaco militar con operaciones quirúrgicas, con equipos de élite, en especial de la Marina, para desarticular los 8 grupos del crimen organizado y aprehender a sus principales liderazgos, como lo van desglosando medios de comunicación.
Si, medios de comunicación, a nivel nacional que dan cuenta de algunos de esos objetivos, por supuesto, en territorio michoacanos, veamos algunos citados:
1.- Willian Edwin Rivera Padilla, El Barbas, líder regional del CJNG, subordinado de Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho.La Fiscalía General del Estado de Michoacán ofrece una recompensa de medio millón de pesos.
2 y 3.- Nicolás Sierra Santana, El Gordo Viagra y/o El Coruco, y su hermano Gabino, El Ingeniero, ambos del grupo criminal Los Viagra, del segundo se presume que está detrás del homicido del ex fundador de las autodefensas, Hipólito Mora Chávez, hace más de dos años.