Por VÍCTOR ARMANDO LÓPEZ
Morelia, Michoacán.-Ella desarrolla diversas actividades en favor del ambiente, su liderazgo como mujer indígena no está en discusión. De ahí que ha convencido a niños, adolescentes, adultos y personas de la tercera edad para que protejan el medio. En esa identificación conjunta desde el 2022 a la fecha sembraron 5 millones de árboles.
María de los Ángeles González Ramos nació en la comunidad indígena de Comachuén, perteneciente al municipio de Nahuatzen, Michoacán. Justo donde la riqueza forestal ha pasado a ser víctima de la tala clandestina y del crimen organizado.
González Ramos ha estado al frente del Concejo de Salud del Concejo de Gobierno Comunal de Comachuén (2020). De 2021 a 2023 fue integrante del Consejo Estatal Forestal.
Podría hacerse una descripción de esta mujer indígena michoacana, pero ella misma se identifica en sus redes sociales con una frase de la pintora mexicana Frida Khalo: “No soy tranquila, soy fuego, soy vida, soy esencia, soy rebeldía, soy instinto, soy revolución, puedo ser todo menos tranquilidad”.
María de los Ángeles González sabe que su lucha no es en vano, porque va acompañada de convicción y gran amor por su entorno, pero también conoce que hay infinidad de obstáculos, debido a la gran burocracia y desatención que tienen los tres niveles de gobierno hacia los bosques. Incluso, ha tenido que invertir sus propios recursos para asistir a la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (Corenadr) y solicitar plantas para reforestar, pues la Comisión Forestal del Estado la ignoró.
Desde lo más alto de la Meseta Purépecha, donde se ubica su Comachuén, esta mujer quiere que haya un mundo más verde, por lo que también exhorta a los estudiantes de educación básica para que se sumen a la siembra de árboles.
Entre los sueños de González Ramos se encuentran el poder tener una radio comunitaria para informar a su pueblo y comunidades cercanos sobre el rescate y conservación del bosque. También quisiera pertenecer al equipo brigadista para combatir los incendios forestales, pues con ello se va una parte de su vida, de la de todos.
Sobre los principales enemigos del desarrollo sano del bosque, María de los Ángeles es clara al señalar que son los aguacateros con sus cambios ilegales de uso de suelo; los incendios y la tala clandestina, que se da con complicidades de las mismas autoridades. Todo ello reflejado en un cambio climático.
Incluso, llegaron a instalar barricadas para no permitir este tipo de movimientos, pero fracasaron, una vez que las propias autoridades comunales brindaban los permisos.
“El clima fresco de los bosques ya cambió por uno caluroso, pero parece que a las autoridades nada les importa intervenir en esta situación”.
La activista por su misma labor y por señalar los manejos nada transparentes que hay de recursos, por parte del consejo comunal, ha llegado a ser amenazadas, pero su valor y convicción son mayores, y hasta donde tope seguirá trabajando para que haya un mundo más verde.