Ciudad de México

Si bien en dos años las comisiones del Senado no pudieron emitir un dictamen sobre la propuesta para reducir a un máximo de 40 horas la jornada laboral en México, la reforma al Poder Judicial de Andrés Manuel López Obrador se dictaminó en menos de una semana.

Es así como con un total de 25 votos a favor y 12 en contra, los recién estrenados senadores de las comisiones de Puntos Constitucionales y Estudios Legislativos, encabezadas por Ernestina Godoy y Citlali Hernández, de Morena, lograron la aprobación necesaria para pasar el dictamen a consideración del pleno.

Hasta ahora, todo pareciera indicar que no pasará, pues por ser reforma constitucional, Morena y sus aliados requieren del voto a favor de dos terceras partes del pleno. Es decir, 86 senadores, pero los 43 de la oposición (PRI, PAN y MC) han anunciado que votarán en contra a pesar de las presiones que aseguran haber recibido.

El coordinador de los senadores de Morena, Adán Augusto López y el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, han planteado reinterpretar la ley y avalar como válido el voto mayoritario de 85 senadores. Pues según sus cuentas, representa a las dos terceras partes del pleno.

Esto mediante un cálculo simple, que consiste en dividir 128 entre tres (da 42.6) y luego multiplicarlo por dos, con lo que queda un total de 85.3 y como “no hay punto tres de senador”, según Noroña, tendría que redondearse “como en la escuela” al número inmediato anterior.

Noroña, sin embargo, no redondea el 42.6 original, en cuyo caso la operación matemática daría 86, que es el número que se ha considerado válido históricamente en el Senado para aprobar reformas constitucionales.

“En la Cámara de Senadores se requerirían 86 de 128 legisladores para lograr dicha mayoría, variando el número en función de los senadores presentes en la sesión de Pleno”, explica el .