Autoridades del transporte hacen caso omiso al problema.

Las riñas donde se involucran choferes del transporte público cada día son más frecuentes, lamentablemente ahora esta violencia se genera dentro de las unidades, donde los pasajeros se lían a golpes.

El episodio más reciente fue la pelea entre tres pasajeras que tuvieron una diferencia en una combi de la ruta oro-verde, las féminas iniciaron una pelea frente a los demás pasajeros sin importarles que había niños presentes.

El chofer no hizo absolutamente nada para intervenir o llamar a la policía.

Pero este no es el único episodio, el pasado viernes un motociclista y un combiero se enfrentaban a golpes en pleno centro de Morelia, el chofer portaba un pedazo de metal en mano para agredir a su contrincante.

El pasado 04 de junio quedó grabado en video un vistoso pleito callejero cerca del Distribuidor Vial Salida a Salamanca, al norte de Morelia, los protagonistas fueron taxistas y trabajadores de aplicaciones de transporte.

Unos peleaban a puño limpio y otros utilizaron objetos como palos para hacerse daño y también perjudicar los vehículos de los oponentes.

Un día después, el 05 de junio otros dos episodios circulaban en redes sociales, el primero fue en la avenida Periodismo, el chofer de una combi se liaba a golpes con un moreliano

El otro hecho fue entre un camionero de la Ruta Villas del Pedregal y un motociclista sobre el puente de la avenida Madero Poniente de Morelia, justo a la altura de la colonia Nueva Valladolid.

Pero por si esto no fuera suficiente, como no recordar al chofer de un taxi que enardecido por un conflicto vial sacó un machete y se encaró con otro automovilista en el libramiento de Morelia en el mes de mayo.

En un video se revela como el trabajador del volante de la organización “Taxi Central”, con número económico 702, porta un machete en su mano derecha.

El conductor de una camioneta familiar de color blanco le reclamó un golpe en su carrocería, pero se hicieron de palabras y posteriormente el chofer sacó el arma blanca.

Desafortunadamente ni las autoridades, ni los líderes del transporte hacen algo para que esta violencia se erradique, la ciudadanía sigue siendo la que paga las consecuencias ante un servicio de pésima calidad que ofrece el transporte en Michoacán.