Gambito Social
A lo largo de este siglo, en Michoacán de Ocampo hemos atestiguado una emergencia educativa permanente que amenaza y vulnera el derecho fundamental de generaciones enteras a estar, aprender y participar en la escuela con dignidad.
Las víctimas de las violaciones a los derechos educativos se cuentan por millones y los daños ocasionados son incalculables: inmovilidad social, escasa competitividad, pobreza, marginación, migración, fuga de talentos y desplazamientos forzados, así como fenómenos delincuenciales de proporciones internacionales.
En cuanto al estado que guarda el sistema educativo estatal, partamos de la ausencia de una evaluación individualizada de los aprendizajes alcanzados durante cada ciclo escolar, respecto a los mínimos esperados que se contemplan en los planes y programas de estudio.
Desconocer el estado del logro en aprendizajes ya es desastroso de por sí, pero el rezago educativo también supera la media nacional, teniendo a más de un millón y medio de michoacanos de 15 años y más padeciendo las consecuencias de no haber concluido su educación básica; aunado a lo anterior, la infraestructura escolar es deficiente, con muchas escuelas sin agua, sin drenaje, sin electricidad, ni conectividad, así como riesgo estructural; además, el abandono escolar supera niveles aceptables y el analfabetismo alcanza casi a un cuarto de millón de michoacanos de más de quince años. La falta de maestros, la violencia en torno a los planteles, los paros sindicales y las inundaciones por fenómenos meteorológicos interrumpen repetidamente el ciclo escolar oficial. La escolaridad promedio es de apenas 8.6 años; el analfabetismo alcanza el 7% y persiste la desconexión entre educación y mercado laboral local.
En este contexto, los derechos educativos de niñas, niños y jóvenes están siendo defraudados.
En este receso escolar, no solamente los padres de familia deberíamos de estar preocupados por integrarle una mochila escolar completa a nuestros hijos; también, los funcionarios deberían de armar la suya. Esta mochila para funcionarios educativos es una arenga metafórica: cada uno de sus componentes es una exigencia ética, institucional y social para que quienes gobiernan la educación en Michoacán actúen con responsabilidad, coraje y justicia, así como también sirve de rúbrica para darnos cuenta sobre si les hizo falta alguno de estos útiles escolares del siguiente listado en la mochila de los ciclos escolares ya concluidos.
Mochila para funcionarios educativos
De material duradero y a prueba de inundaciones, balas, fuego, polvo y abandono, debe resistir todo el ciclo escolar y contener lo siguiente:
- Carpeta-antología con el marco normativo: Constitución y Ley Estatal de Educación
Los funcionarios requieren conocer su responsabilidad principal: garantizar el derecho a la educación, tal como lo mandatan la Constitución y la Ley Estatal. La situación deplorable en Michoacán muestra que estos derechos están siendo sistemáticamente vulnerados. Al revisar estos textos legales comprenderán que defender el acceso, permanencia y calidad educativa no es opcional, sino mandato jurídico y moral frente al sistema colapsado. - Guía de español, comprensión lectora y matemáticas
Necesitan comprender a fondo estas áreas porque el rendimiento académico en Michoacán es bajo, con rezago en comprensión lectora y matemáticas que limita el desarrollo académico. Entender estas disciplinas permitirá diseñar políticas públicas efectivas, programas de mejora docente, tutoría y remedial, ante escuelas sin materiales adecuados y muchos estudiantes con aprendizaje truncado. - Libro de historia de la educación mexicana
Este volumen es esencial para que no repitan fracasos del pasado ni ignoren los contextos estructurales que han perpetuado desigualdades educativas. Saber cómo surgieron reformas, qué proyectos funcionaron o fracasaron en otros estados permite elaborar estrategias contextualizadas en Michoacán, rechazar modelos centralistas o importados y rescatar prácticas con impacto real en comunidades. - Libro de estructura socioeconómica de México
Para asumir políticas realistas, deben entender la pobreza, marginación, informalidad laboral y rezago en Michoacán. Con un 67% de informalidad laboral y pobreza extrema se requiere una visión integral que vincule becas, acompañamiento psicosocial y apoyo a familias vulnerables, mediante políticas educativas con sentido territorial. - Planes y programas de estudio vigentes
Deben tenerlos siempre a la mano, pues la implementación local es deficiente: funcionarios sin conocimiento actualizado de los planes oficiales no pueden supervisar su aplicación ni garantizar su adecuación a contextos rurales, multilingües o marginados. Este reconocimiento es clave para una rectoría real y no discursiva. - Cuaderno de cuadro
Sirve como símbolo de claridad y precisión en la rendición de cuentas: deben registrar con exactitud números, indicadores, avances y déficits. En Michoacán abundan los informes autocomplacientes sin diagnóstico participativo ni seguimiento ciudadano, cuando urgen rigor estadístico y transparencia real, no sólo discursos oficiales sobre “ciclo escolar completo”. - Libreta de raya
Representa el espacio para registrar compromisos, fechas clave, acuerdos institucionales y seguimiento administrativo. Esta libreta les obliga a actuar con método, responsabilidad y constancia en la gestión estratégica. - Libreta de dibujo
Enciende la sensibilidad que falta en políticas educativas: registrar sueños de estudiantes, sus deseos de aprender, crecer y transformar sus comunidades. Les recuerda que la educación es utopía que se construye colectivamente y que cada niña y niño tiene derecho a imaginar un futuro distinto. - Libreta de taquigrafía
Para recoger rápidamente las voces de estudiantes, maestros, directivos y familias: denuncias de abandono escolar, reclamos por infraestructura, opiniones sobre violencia o inseguridad. Esta libreta representa la obligación ética de escuchar y actuar frente a testimonios reales, evitando la exclusión de regiones vulnerables donde la CNTE ha paralizado escuelas o donde persiste la violencia. - Tablet con acceso controlado por CFE o escuelas primarias
Necesitan acceso digital para monitorear, coordinar y dar seguimiento remoto al sistema educativo, pero restringido para evitar distracciones o corrupción, por lo que este dispositivo permitirá mantener presencia institucional sin caer en el aislamiento o el clientelismo político. - Audífonos
Simbolizan la capacidad de escuchar con atención y selectividad: no solo discursos oficiales, sino también el clamor de comunidades marginadas, maestros rurales y población indígena, a la par que aísla de las propuestas de corrupción, clientelismo y abuso del poder en beneficio propio. - Memoria USB
Recoge evidencia, documentos, diagnósticos de campo, resultados escolares, estadísticas, propuestas y boletines de organizaciones de la sociedad civil. Les obliga a archivar y salvaguardar información para tomar decisiones basadas en datos reales: infraestructura, abandono escolar, infraestructura, rezago, cobertura indígena y resultados de evaluaciones. - Calculadora científica
Para modelar presupuestos, calcular impacto de inversiones, estimar matrícula o costo de becas y programas. Que usen esta calculadora implica profesionalización en la asignación de recursos, dejar de improvisar y planear rigurosamente. - Diccionarios
Uno, de castellano, para garantizar que el discurso oficial no adquiera versiones perversas de las palabras que incluye la narrativa oficial, a la par que otro en lenguas originarias para asegurar que las políticas educativas sean verdaderamente interculturales. - Calendario
Marca plazos de entrega de infraestructura, evaluaciones, plazos de rendición de cuentas y ciclos escolares. Dado el historial de retrasos, paros sindicales y suspensiones por fenómenos naturales, un calendario institucional firme obliga a programar con anticipación, coordinar con ayuntamientos y comunidad educativa, y compensar días perdidos para asegurar continuidad. Así también, a transparentar el avance del ciclo escolar, grupo por grupo y escuela por escuela. - Papel higiénico y pañuelos
Porque enfrentarán lágrimas, estrés y reclamos. Es un símbolo de reconocimiento emocional: se requieren funcionarios sensibles capaces de acompañar, contener y atender tanto su propio desgaste como el dolor y frustración de maestros y estudiantes que han sufrido abandono institucional. - Pastillero.
Incluye recursos para atender estrés, ansiedad, depresión o trauma postraumático. La violencia, la violencia en escuelas cercanas, inseguridad y condiciones laborales precarias afectan a docentes y directivos. Reconocer y atender la salud mental es imprescindible para funcionar con integridad y sostener la vocación en contextos adversos. - Formulario.
Herramienta introspectiva para recordar su propósito: la ecuación que representa la combinación de vocación, sensibilidad y coraje moral que les permita actuar con ética. Frente a un sistema que ha priorizado clientelismo, corrupción sindical o inercias administrativas, este formulario es un pacto personal de compromiso y moral pública. - Sobre – bolsa de documentos
Cada documento recuerda y demuestra públicamente su origen, formación académica, experiencia y legitimidad para ocupar un cargo público. Significa que no deben defraudar la confianza depositada. Deben honrar su trayectoria profesional y académica ejerciendo política pública responsable. - Regla
Simboliza la rectitud y disciplina en su actuar: medir con justicia, trazar límites claros y aplicar la ley sin dobleces. Michoacán necesita funcionarios que actúen con integridad, con equidad en decisiones y justicia en la distribución de recursos y oportunidades educativas. - Juego de escuadras profesionales
Representan la precisión en la construcción de políticas públicas educativas: planes, diagnósticos y programas con ángulos bien medidos y consistencia institucional. Evita improvisaciones o decisiones arbitrarias. Michoacán ya no puede operar con castillos de naipes administrativos; necesita estructura, diseño institucional y coherencia en cada estrategia. - Compás
Sirve para trazar círculos de colaboración entre actores educativos —comunidad, padres, maestros, municipios—. El compás es maestría para construir en red, sostener alianzas horizontales y garantizar que las políticas estatales no sean verticales sino participativas, situadas y con sentido local. - Transportador
Les ayuda a medir con precisión cada sector, región y comunidad: conocer las distancias geográficas, sociales y educativas. Michoacán tiene diversidad urbana, rural, indígena y marginada. Para atenderla con justicia, deben calibrar medidas que se ajusten a cada territorio y eviten aproximaciones genéricas que han fallado hasta ahora. - Lonchera con comida escolar
Para entender de primera mano la calidad de la alimentación que se ofrece a los estudiantes. La política alimentaria escolar es parte esencial del derecho a la educación: nutrición adecuada implica concentración, salud y permanencia. Esta lonchera les conecta con la realidad cotidiana de millones de estudiantes. - Dinero propio
Significa autonomía frente a intereses políticos o sindicales. Deben financiar iniciativas propias sin recurrir a clientelismos, corrupción o recursos indebidos. Es un recordatorio de que su sustento debe provenir del mandato ciudadano, no del lucro ni del uso indebido de fondos públicos para sostener privilegios. - Lapicera con accesorios (goma, corrector, lápices, colores, tijeras, sacapuntas)
Esta pluma representa su tarea múltiple: corregir errores, reenfocar estrategias, dibujar nuevos itinerarios, cortar malas prácticas, afilar ideas. En Michoacán, corregir corrupción, paros, abandono, infraestructura deficiente y rezago requiere instrumentos precisos y versátiles para transformar el sistema educativo. - Hojas bond blancas.
Para emitir oficios, gestionar trámites, ordenanzas y circulares. Representan burocracia eficiente, expedita y transparente. Todo documento debe tener una traza, un registro público. En un estado donde los trámites eran lentos y opacos, estas hojas simbolizan la exigencia de modernización administrativa y rendición de cuentas. - Hojas de colores.
Sirven para la creatividad institucional: diseño de campañas, materiales pedagógicos, proyectos participativos, señalética educativa en escuelas indígenas o rurales. Rompen la monotonía burocrática y promueven un enfoque culturalmente sensible, educativo y artístico que fortalezca el vínculo entre comunidad y escuela. - Cartulinas
Para convocatorias, mapas visuales, presentaciones en comunidades, talleres y juntas escolares. Este artículo simboliza visibilidad: portar carteles para el ingreso, promoción y permutas para los docentes, para exponer logros comunitarios y proyectos educativos situados, no discursos abstractos ni cifras en pantallas, sino evidencias tangibles de transformación. - Pegamento
Es unión institucional: sirve para construir vínculos genuinos entre autoridades, docentes, familias y estudiantes. En un estado fracturado por desconfianza, paros sindicales, abandono rural e indiferencia institucional, el pegamento es la solidaridad colectiva, la confianza restaurada y la gobernanza compartida. - Mapa del estado de Michoacán
Contiene divisiones municipales, orografía e hidrografía: conocer el territorio es clave para distribuir recursos, diseñar rutas escolares, planificar infraestructura y conectar comunidades remotas. Michoacán es diverso y amplio; el mapa les obliga a pensar en equidad regional y criterios de intervención diferenciada. - Útiles de aseo (escoba, trapeador, cubeta, recogedor)
Simbolizan la necesidad de limpiar el sistema educativo desde arriba: barrer corrupción, trapear malas prácticas, recoger denuncias y residuos institucionales que obstaculizan la educación. La situación exige limpieza estructural y ética, no maquillaje de resultados. - Bata de laboratorio
Representa la actitud científica ante la compleja realidad educativa michoacana: observación, diagnóstico, pilotaje, evaluación de políticas, innovación educativa situada y mejora continua. Frente a un sistema que repite fórmulas fracasadas, la bata invita a probar metodologías participativas, evaluación formativa, aprendizaje flexible e incluyente, y a construir evidencia desde la práctica local. - Credencial
Acredita su responsabilidad, legitimidad y compromiso con el derecho educativo. No deben actuar como burócratas lejanos, sino como representantes del pueblo que rinden cuentas. Esta credencial exige que cada decisión sea transparente, democrática y centrada en niñas, niños y jóvenes. - Marcadores
Para señalizar prioridades, destacar logros y advertir fallas. En informes educativos o juntas institucionales deben marcar lo urgente: infraestructura, conectividad, violencia, abandono o rezago. Los marcadores representan claridad en objetivos y visibilidad pública de las acciones educativas. - Maqueta del estado
Es una visión tridimensional del territorio educativo: permite planear intervenciones territoriales, identificar zonas vulnerables y visualizar cobertura escolar. Con ella pueden simular estrategias reales y garantizar que ninguna región quede fuera del ejercicio pleno del derecho educativo. - Termo o vaso para hidratarse
Este utensilio simboliza el autocuidado y la constancia. Gobernar la educación exige resistencia diaria. Para sostener el esfuerzo durante ciclos escolares, audiencias, juntas y emergencias, deben mantenerse hidratados física y simbólicamente: con visión clara y compromiso energizado. - Impermeable
Anticiparse a fenómenos meteorológicos que suspenden clases (tormentas, inundaciones). Michoacán sufrió múltiples incidencias climáticas en el ciclo escolar 2024-2025 que interrumpieron clases oficialmente por lluvia en decenas de municipios. Tener impermeable significa planificación climática, sistemas alternativos de enseñanza remota y protocolos para emergencias. - Bloqueador solar
Protección contra la exposición diaria en recorridos escolares, supervisiones en campo y visitas a comunidades rurales bajo sol intenso. También es metáfora de prevención: protegerse de efectos adversos del sistema, como corrupción burocrática, desgaste, presión política, construyendo políticas robustas y resilientes. - Par de tenis.
Resistencia y compromiso para caminar junto a las escuelas, sin excusas. Los tenis simbolizan trabajar con constancia, visitar planteles rurales, permanecer en campo educativo y sostenerse durante todo el ciclo escolar, sin parar por excusas administrativas, sindicales o climáticas.
Las cuarenta piezas de esta mochila simbólica representan exigencias concretas: vocación, legalidad, sensibilidad, integración territorial, innovación, experiencia profesional, ética, cuidado emocional, escucha comunitaria y compromiso permanente, leer las leyes, comprender la realidad, planear con datos, escuchar voces olvidadas, corregir errores, caminar comunidades, sanear estructuras, investigar con rigor, rendir cuentas, actuar con veracidad y transparencia.
Michoacán ya no puede esperar más. El déficit educativo, el abandono institucional, la violencia, la pobreza y la marginación sólo se combaten con políticas integrales y sensibles, diseñadas desde el territorio, con diagnóstico participativo, transparencia, rectoría eficaz e inclusión real, sin narrativas fantasiosas ni simulaciones.
Hoy corresponde a los funcionarios educativos del estado admitir que el derecho a la educación ha sido vulnerado. Ya no basta con discursos ni con promesas. Cada componente de esta mochila es una herramienta que debe materializarse en acciones concretas: mejoramiento de la infraestructura, reducción del abandono escolar, atención a estudiantes indígenas, formación continua y actualización de docentes, digitalización administrativa, reparación emocional y coordinación amplia con comunidades y ayuntamientos.
La crisis educativa en Michoacán no se resolverá con discursos: se requiere un compromiso institucional vivificado, que honre los derechos educativos como derechos humanos, que reconozca la diversidad lingüística y cultural, que descentralice las políticas públicas y combata la desigualdad estructural. Cargar la mochila representará la renovación de los votos de las autoridades con maestras, maestros, estudiantes y familias, donde la corresponsabilidad y la honestidad sean ejes clave.
Funcionarios educativos: hagan la mochila, llévenla, pónganse en esa posición de estudiantes responsables del destino de su propia entidad. Actúen con sentido legal, moral y político. Honren la ley, a la infancia y al futuro de Michoacán, como educadores con mochila, que cumplen con el mandato constitucional de proteger y promover los derechos educativos de niñas, niños y jóvenes.
Que esta arenga sea un espejo: miren lo que les falta cargar y empiecen a empujar el cambio desde hoy. Y si les falta algo, constrúyanlo, pídanlo prestado, arrópense con un colaborador que sí tenga lo que les falta, porque se vale hacer equipo.
Tomen la decisión consciente de transformar cada ítem en acción concreta: aplicar los libros, registrar las realidades, invertir en infraestructura, ajustar planes de estudio, capacitar docentes, equipar escuelas, garantizar becas, restaurar la justicia educativa. No esperen más: el ciclo 2025 2026 debe marcar un cambio real.
Cada día sin actuar es un derecho vulnerado. Cada niña o niño desescolarizado es una promesa rota. Que esta arenga se convierta en una movilización ética con acción decidida.
Michoacán merece que su sistema educativo deje de ser un problema y se convierta en esperanza colectiva. Es hora de soluciones estructurales. El ciclo escolar 2025-2026 debe ser, por fin, el ciclo escolar completo que los hijos de Michoacán se merecen. No hay tiempo que perder.
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Doctor en ciencias del desarrollo regional y director fundador de Mexicanos Primero capítulo Michoacán, A.C