Los países con más alertas fueron Brasil, México y Colombia. Los incidentes monitoreados incluyen vuelos comerciales y de carga en vuelos a Estados Unidos, Europa y África
Redacción / La Voz de Michoacán
Morelia, Michoacán. Traficantes de drogas, armas y oro utilizan cada vez más los vuelos comerciales y de carga para mover los cargamentos ilícitos, según datos que permiten mapear la evolución de las rutas aéreas a partir del COVID-19.
Las alertas generadas en los aeropuertos de América Latina por crimen y corrupción aumentaron en un 147% entre 2021 y 2023, según indicaron datos compartidos a InSight Crime por Osprey Flight Solutions (OFS), una empresa proveedora de soluciones de inteligencia de riesgos para la aviación. Esta organización monitorea en tiempo real eventos relacionados con la seguridad en esta industria para generar las alertas de manera continua.
Los países con más alertas fueron Brasil, México y Colombia. Los incidentes monitoreados por OFS incluyen eventos en vuelos comerciales y de carga y provienen de los principales aeropuertos que conectan estos países con Estados Unidos, Europa y África.
Las técnicas que emplean los grupos criminales para traficar bienes ilícitos vía aérea incluyen el ocultamiento de mercancías bajo un doble fondo dentro del contenedor de un envío legal, la creación de empresas exportadoras legales para esconder las drogas, la corrupción de agentes aeroportuarios para garantizar el flujo de los cargamentos, y la infiltración en las terminales aéreas para facilitar el paso de narcóticos.
Aunque el fuerte aumento probablemente se correlaciona con el aumento del tráfico aéreo tras la eliminación gradual de las restricciones de viaje durante la pandemia, los datos exponen en detalle cómo los narcotraficantes están explotando la reanudación de la aviación comercial.
InSight Crime analiza las dinámicas del tráfico aéreo en algunos países de la región.
Brasil
Brasil fue el país con el mayor número de alertas registradas por OFS, con 1.737 eventos entre 2021 y febrero de 2024. Los incidentes se relacionaron principalmente con el tráfico de oro y de narcóticos.
El aumento en la minería ilegal de oro durante el mandato de Jair Bolsonaro (2018-2022) es uno de los posibles factores detrás del creciente flujo ilícito de este mineral. La subida de los precios del oro, especialmente en 2021, y la falta de oportunidades de empleo durante la pandemia de COVID-19 favorecieron la expansión de esta actividad ilícita. De acuerdo con OFS el oro ilegal es transportado desde el aeropuerto internacional de Guarulhos, cerca de São Paulo, hacia Dubai y Estados Unidos.
Respecto del flujo de narcóticos, OFS evidenció el transporte interno de cocaína desde Manaos y São Paulo hacia Fortaleza, ciudad portuaria ubicada en la costa oriental de Brasil. El incremento en este flujo coincide con la consolidación de su puerto marítimo como punto de despacho de cocaína hacia África a partir de 2018, cuando registró su primera incautación de droga desde 2009. Este cambio en las rutas podría ser un intento de los narcotraficantes por evadir los controles de puertos más grandes, como el de Santos, en São Paulo.
Las cifras, aunque elevadas, no sorprenden, especialmente para el aeropuerto de São Paulo.
“El flujo de pasajeros que pasan por ese aeropuerto cada día, más la cantidad de vuelos que salen a Europa cada día, lo convierten en un aeropuerto de muy alto perfil para los narcotraficantes”, explicó Mathilde Tisserand, analista senior de seguridad de la aviación en OFS, a InSight Crime.
México
México fue el segundo país en la lista, con 700 alertas reportadas en el periodo de estudio. Los resultados evidenciaron el flujo aéreo de drogas sintéticas en el territorio nacional hacia ciudades fronterizas como Tijuana y Ciudad Juárez desde Culiacán y Querétaro, respectivamente. El creciente uso de las rutas aéreas por parte de los traficantes para mover drogas sintéticas a nivel interno se explica por la reducción en los tiempos de llegada y en los riesgos de ser interceptado por las autoridades, señaló una fuente en la fiscalía de Baja California que trabaja en casos relacionados con grupos criminales y drogas.
OFS también evidenció el flujo de drogas sintéticas desde México hacia el exterior. Una de las principales rutas internacionales se dirige a Hong Kong, foco central de drogas en Asia Oriental. De acuerdo con cifras reveladas por la Oficina Aduanera de Investigación de Drogas al South China Morning Post, en los primeros cuatro primeros meses de 2024 se han incautado un 32% más de narcóticos que durante todo el año 2023 en el Aeropuerto Internacional de Hong Kong.
La mayoría de estas drogas han arribado a la ciudad a través de correos humanos y buscan abastecer el mercado local.
OFS también registró el flujo de drogas a través de carga aérea hacia Hong Kong, para luego llegar a Australia. Esto evidencia que organizaciones narcotraficantes mexicanas no solo han llenado parte del vacío de oferta al este asiático y en Oceanía, sino que recurren cada vez más a la carga aérea para suplir mercados distantes, a los que las rutas aéreas llegan en aproximadamente tres días.
Colombia
Colombia ocupó el tercer lugar con 488 alertas y la cocaína fue el principal producto traficado a través de carga aérea. Las principales rutas son desde Bogotá hacia el archipiélago de San Andrés, pero también se han presentado casos hacia Bélgica, Francia, Reino Unido y Australia.
Los niveles récord de producción de cocaína en Colombia han favorecido el aumento del tráfico de la droga a través de diferentes medios de transporte, incluida la vía aérea, indicó Tisserand. Esto lo evidencia el incremento del 275% en las alertas reportadas por OFS entre 2021 y 2023, y las incautaciones excepcionalmente grandes en algunos aeropuertos del país, como el de San Andrés.
La isla de San Andrés se ha convertido en epicentro del tránsito interno de narcóticos en Colombia en los últimos años, a través de medios tanto aéreos como marítimos. En julio de 2023, la Policía Nacional interceptó 1.5 toneladas de cocaína en el aeropuerto de San Andrés, luego de que hubieran sido despachadas desde Palmira, Valle del Cauca, al occidente del país, con la presunta participación de tres trabajadores de estos aeropuertos.