La Paz, Bolivia

Tras el intento de golpe de estado en Bolivia, el presidente de Bolivia, Luis Arce, destituyó al comandante general del Ejército, Juan José Zúñiga y agradeció el apoyo del pueblo y de la comunidad internacional contra la intentona militar.

Este miércoles 26 tropas del Ejército boliviano se habían congregado frente a la sede del Ejecutivo y, con la ayuda de una tanqueta derribaron la puerta y entraron al interior.

Zúñiga, al mando de estas unidades, había asegurado que el objetivo de su acción era establecer un nuevo gabinete, porque “no pueden seguir haciendo lo que les da gana”.

Según trascendió, Zúñiga pretendía liberar “a todos los presos políticos” como la expresidenta interina Jeanine Añez y restablecer “la democracia en el país”.

Tras ser detenido al salir de la sede del Estado Mayor de Bolivia, Zuñiga aseguró ante los medios que el mandatario le ordenó sacar los “blindados” para “levantar” su popularidad.

“En el colegio La Salle me reuní con el presidente (Luis Arce) y me dijo que la situación estaba muy jodida, que esta semana sería crítica y era necesario algo para levantar su popularidad”, dijo Zuñiga.

“Yo le pregunté: ¿sacamos los blindados? y él (Arce)” respondió “sacá”, agregó.

Por su parte, el ministro boliviano de Gobierno (Interior), Eduardo del Castillo, ha asegurado que la intención de Zuñiga era “tomar el mando” del país y que el intento de “golpe de Estado” que se produjo “no fue un simulacro”.

El presidente de Bolivia, Luis Arce, agradeció al pueblo boliviano y a la comunidad internacional su rechazo a la “intentona golpista” en contra de su Gobierno y reiteró la defensa a la democracia del país.

“Saludamos y expresamos nuestro más sincero agradecimiento a nuestras organizaciones sociales y a todo el pueblo boliviano, que salió a las calles y se expresó a través de distintos medios de comunicación, manifestando su rechazo a la intentona golpista”.

Asimismo, agradeció las muestras de solidaridad de los gobiernos de todo el mundo que por unanimidad rechazaron todo acción que vaya en contra la institucionalidad.