El mercado inmobiliario en México ha cambiado notablemente en los últimos años, especialmente tras la pandemia
Cuernavaca, México. - El mercado inmobiliario en México ha cambiado notablemente en los últimos años, especialmente tras la pandemia. Muchas personas comenzaron a replantearse su estilo de vida, sus prioridades habitacionales y la necesidad de vivir en entornos más tranquilos, conectados con la naturaleza o con una mejor calidad urbana. En este contexto, ciudades como Puebla y Cuernavaca han ganado protagonismo entre quienes buscan establecerse fuera de la capital. La oferta de se ha diversificado para atender a distintos perfiles, desde jóvenes profesionistas hasta familias completas, mientras que Cuernavaca mantiene su atractivo tradicional como ciudad de descanso que hoy también es vista como una opción viable para vivir de forma permanente.
Mejores condiciones de vida y mayor espacio habitable
Uno de los principales motivos por los que las familias están eligiendo mudarse a Puebla o Cuernavaca es la posibilidad de acceder a casas más amplias por un precio razonable. En comparación con la Ciudad de México y su zona metropolitana, ambas ciudades ofrecen viviendas con mayor metraje, patios, estacionamiento y distribución funcional a un costo más accesible. Esto se traduce en una mejor calidad de vida, especialmente para familias con hijos o adultos mayores que valoran la comodidad del espacio propio.
En Puebla, fraccionamientos como Lomas de Angelópolis, La Vista o zonas del Periférico han crecido con orden y ofrecen una gama de servicios que complementan la vida familiar: escuelas, centros comerciales, áreas verdes y acceso a vialidades importantes. Por su parte, Cuernavaca sigue atrayendo a quienes desean clima cálido, jardines amplios y un entorno más relajado, en colonias como Vista Hermosa, Lomas de Atzingo o Rancho Cortés.
Tener una casa más cómoda, con espacio para convivir, trabajar desde casa o simplemente descansar, se ha vuelto una necesidad, y estas ciudades han sabido responder con opciones concretas.
Cercanía con CDMX sin vivir en el caos urbano
Tanto Puebla como Cuernavaca se encuentran a una distancia estratégica de la capital del país, lo que permite mantener vínculos laborales, familiares o comerciales sin tener que lidiar con el desgaste de vivir en una ciudad saturada. Desde el sur de la Ciudad de México, llegar a Cuernavaca puede tomar menos de dos horas por autopista; mientras que desde el oriente, Puebla también está a unas dos horas de trayecto, con varias opciones de transporte interurbano.
Esta cercanía ha impulsado que muchas personas que aún trabajan de forma híbrida, o que tienen la posibilidad de trasladarse esporádicamente, elijan mudarse a estas ciudades. El equilibrio entre cercanía y desconexión resulta ideal para quienes desean mejorar su estilo de vida sin perder contacto con sus redes personales o profesionales en la capital.
Además, la existencia de autopistas modernas, terminales de autobuses bien ubicadas y servicios de transporte continuo hacen que la movilidad entre ciudades sea eficiente y relativamente accesible.
Oferta educativa y servicios de calidad
Cuando una familia decide mudarse, uno de los factores más importantes es la infraestructura educativa. En este sentido, tanto Puebla como Cuernavaca cuentan con una oferta sólida de escuelas privadas y públicas, desde nivel preescolar hasta universidades de prestigio. En Puebla, instituciones como la UDLAP, la BUAP y diversas preparatorias privadas han contribuido a consolidar la ciudad como un polo educativo del país. Esto se suma a su red de hospitales, centros comerciales y espacios recreativos, que hacen viable una vida urbana completa.
En Cuernavaca, la presencia de colegios de tradición, universidades privadas, clínicas, consultorios y servicios culturales también ha sido clave para atraer a nuevas familias. Aunque por años fue considerada una ciudad de fin de semana o para jubilados, hoy su infraestructura está mejor preparada para una vida cotidiana activa y permanente. La creciente oferta de refleja este cambio de percepción y el interés por mudarse de forma definitiva.
El acceso a servicios básicos y complementarios sin necesidad de recorrer grandes distancias ha sido un factor determinante en la decisión de muchas familias para salir de la CDMX y buscar entornos donde todo esté a pocos minutos de casa.
Entornos más seguros y calidad ambiental
Otro punto clave para las familias es la percepción de seguridad y el entorno ambiental. Aunque ninguna ciudad está exenta de riesgos, tanto Puebla como Cuernavaca ofrecen zonas bien vigiladas, fraccionamientos cerrados y comunidades organizadas que incrementan la sensación de seguridad. Esto es especialmente valorado por quienes tienen hijos pequeños o adultos mayores bajo su cuidado.
En términos ambientales, Cuernavaca destaca por su clima templado durante todo el año, su vegetación y la posibilidad de vivir en contacto con la naturaleza sin salir del área urbana. Puebla, por su parte, combina la vista hacia los volcanes, aire más limpio y áreas verdes integradas a desarrollos residenciales. En ambas ciudades, el ritmo de vida es más tranquilo, lo que impacta directamente en la salud física y mental de sus habitantes.
Este ambiente menos contaminado, con menor densidad poblacional y más opciones para caminar, andar en bici o disfrutar de actividades al aire libre, es una de las razones por las que tantas personas han dejado atrás el ruido, el estrés y la prisa de las grandes urbes.
Posibilidad de invertir y construir patrimonio
Finalmente, tanto Puebla como Cuernavaca representan una excelente opción para construir patrimonio. Ya sea comprando una casa para habitarla o para rentarla más adelante, estas ciudades mantienen precios accesibles en comparación con otras zonas del país que han visto una valorización acelerada. La diversidad de desarrollos, el crecimiento ordenado y la demanda sostenida de vivienda permiten que muchas familias den el paso hacia la propiedad sin necesidad de endeudarse en exceso.
Además, quienes aún no están listos para comprar tienen la opción de rentar por periodos largos y evaluar si la ciudad se ajusta a sus expectativas, algo que también está en aumento. Este comportamiento híbrido —rentar por unos años y luego adquirir— ha sido común entre personas que migran desde la Ciudad de México, buscando establecerse en un entorno donde el costo de vida es más justo.
Invertir en estas ciudades también representa una oportunidad con potencial de plusvalía, ya que ambas se han mantenido estables y siguen atrayendo tanto a compradores nacionales como extranjeros.