¿Has escuchado cuando a alguien le dicen «pollito de colores»? La frase se usa para hablar de jovenes quienes realizan practicas relacionadas al crimen, o bien, alguien propenso a la tragedia y no es casualidad: viene de esos pollitos teñidos que duran poco. Hoy, esa metáfora sigue viva no solo en el lenguaje popular, sino también en los tianguis de Morelia, donde la práctica que le dio origen aún se niega a desaparecer.
Por Asaid Castro/ACG
Morelia, Michoacán | Redcacción ACG.- Aunque ya no es tan frecuente de ver como cuando uno era niño, no deja de parecer una escena olvidada de hace años, pero en los tianguis de Morelia los pollitos de colores se niegan a desaparecer, a tal punto que se ha diversificado el negocio para ofrecerles con «accesorios».
Recientemente, en las inmediaciones exteriores del Tianguis de la Feria, se volvió a ver a comerciantes ofreciendo estas aves teñidas de rojo, morado, azul, amarillo y verde fluorescente, amontonadas en cajas para atraer la mirada de los niños que pasan con sus papás.
De a 20 y 25 pesos son vendidos; 20 pesos de color, y 25 pesos con un sombrerito pegado a su plumaje.
A pesar de que en muchas zonas del país, la venta de animales en vias públicas está prohibida, en la capital michoacana sigue siendo común verlos como una «novedad», un «juguete» o una mascota barata de ocasión, en los tianguis.
El problema es que el tinte no es solo estético, son varios artículos en la web, los señalan que los tintes con que tiñen a los pollitos son tóxicos, y suelen ser absorbidos por la piel de los animales, acortando su vida, hasta menos de una semana.
Para muchos vendedores, ofrecer pollitos es simplemente una forma rápida de sacar unos pesos, apelando a la nostalgia de los adultos o a la curiosidad infantil, o bien el desconocimiento de esta practica.
Sin embargo, rara vez se informa al comprador que estos animales requieren calor constante y cuidados específicos que casi nadie les da en casa, terminando muchas veces en la basura o muertos por estrés y frío.