La violencia volvió a tocar las estructuras del Estado con la muerte de Ernesto Cuitláhuac Vázquez Reyna, delegado de la Fiscalía General de la República (FGR) en Tamaulipas, quien fue blanco de un ataque letal la noche del lunes en uno de los sectores más transitados de Reynosa.
El funcionario federal fue emboscado mientras se desplazaba por el bulevar Miguel Hidalgo, a bordo de una camioneta sin blindaje; de acuerdo con las primeras investigaciones, el ataque se habría ejecutado en dos fases: primero, una detonación, al parecer una granada golpeó el vehículo en movimiento; segundos después, hombres armados descendieron de una segunda unidad para disparar directamente contra Vázquez Reyna, quien ya se encontraba herido.
Imágenes captadas por civiles muestran el momento en que una columna de humo se eleva del vehículo siniestrado, mientras una persona trata de auxiliar al funcionario, arrastrándolo para alejarlo de las llamas. El crimen ocurrió cerca de las 19:30 horas, muy cerca del centro de Reynosa.
Vázquez Reyna, quien llevaba casi seis años al frente de la delegación de la FGR en la entidad, era conocido por mantener un perfil discreto, a pesar de los múltiples operativos que coordinaba contra el crimen organizado en la región. A pesar de que Tamaulipas es uno de los estados con mayor índice de violencia del país, circulaba sin escolta ni vehículo blindado al momento del ataque.
Hasta ahora, ninguna organización ha reivindicado el atentado; sin embargo, el Gobierno Federal no ha descartado la participación de grupos criminales con presencia en la frontera norte.
Desde Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum expresó su respaldo a las investigaciones y aseguró que el Gabinete de Seguridad mantiene contacto permanente con autoridades estatales y federales para dar con los responsables. Por su parte, el gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal, condenó el asesinato y ofreció su total colaboración con las fiscalías para lograr justicia.
La Vocería de Seguridad del Estado también confirmó que existe ya una coordinación tripartita entre la FGR, la Fiscalía local y el Gobierno estatal para esclarecer el caso.
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La ejecución de Vázquez Reyna no solo representa un duro golpe institucional, sino que también pone en evidencia la vulnerabilidad de los propios encargados de combatir la delincuencia. La violencia en Tamaulipas ha cobrado notoriedad por su brutalidad y por las formas cada vez más sofisticadas de ataque, lo que deja a la vista un escenario complejo para el estado de derecho.
Mientras tanto, las autoridades se enfrentan a una urgente necesidad de respuesta: evitar que el crimen organizado continúe avanzando con total impunidad y reforzar la seguridad de quienes están en la primera línea del combate.
Fuente: El País