Entre enero de 2018 y junio de 2024, la Sedena incautó 277 vehículos con blindaje artesanal o narcotanques
Redacción / La Voz de Michoacán
Más que una leyenda en el mundo del crimen organizado, el uso de narcotanques en las confrontaciones entre grupos criminales en México está creciendo, y las innovaciones tecnológicas los hacen un arma simbólica y táctica en el terreno de batalla.
Este tipo de vehículos suelen ser camiones, tractores o camionetas adecuados en talleres clandestinos con placas de acero, torretas para disponer armas largas, visión periférica, entre otras tecnologías, para posteriormente ser entregados a grupos criminales.
Los Zetas, un grupo nacido de desertores de las fuerzas armadas mexicanas al servicio del Cártel del Golfo, fueron los primeros en utilizar este tipo de vehículos a comienzos de la década de 2010.
Hoy en día, diferentes grupos criminales los utilizan en sus confrontaciones armadas. En Sonora, habitantes han denunciado la presencia cada vez mayor de este tipo de vehículos, específicamente tras las recientes confrontaciones entre células criminales asociadas al Cártel de Sinaloa. En septiembre, las autoridades incautaron varios de estos vehículos y allanaron talleres clandestinos en donde eran ensamblados en Pitiquito y San Luis Río Colorado. Además, los cárteles de Jalisco Nueva Generación (CJNG), del Golfo y del Noroeste, también usan estos vehículos, ya sea para enfrentarse a las autoridades o a enemigos criminales.
Entre enero de 2018 y junio de 2024, la Secretaría de la Defensa Nacional de México (Sedena) incautó 277 vehículos con blindaje artesanal —o narcotanques— según datos solicitados por InSight Crime. Los estados que encabezan las aprehensiones de este tipo de vehículos son Tamaulipas (153), Michoacán (33), Jalisco (25) y Sonora (21).
Ante ello, InSight Crime habló con Alexei Chévez Silveti, analista y consultor en seguridad en México y quien ha capacitado a las fuerzas policiales y al sector privado desde hace 15 años, sobre cómo ha evolucionado el uso de los narcotanques en México.
El especialista señala que Los Zetas fueron los primeros que utilizaron estos este tipo de vehículos con una mentalidad orientada hacia lo militar, aunque dirigida a actividades criminales. “Tenían talleres locales contratados para modificar camionetas, para poner droga y llevarla a Estados Unidos. Luego, estos talleres fueron utilizados para hacer modificaciones a este tipo de camionetas para que pudieran llevar un blindaje y proteger a los ocupantes”.
Así, su adecuación empezó de una manera muy artesanal, con placas de acero y de ahí viene evolucionando acorde con las fantasías y necesidades de las organizaciones criminales, enfatiza.
La evolución de los monstruos
Alexei Chévez Silveti también habla de la evolución de estos vehículos. “Estos vehículos blindados, sobre todo los que trae el CJNG, que siempre han sido famosos por innovar en técnicas y tácticas, empiezan a ser más grandes, pero sobre todo empezamos a ver un salto muy importante en tecnología. Los últimos vehículos que se les han asegurado traen sistemas inhibidores de señales para los drones, objetos para perforar neumáticos o ponchallantas, pueden transportar de 8 a 10 de sus elementos, traen torretas donde les puedes poner una plataforma de fusiles y cámaras de circuito cerrado de televisión que les permiten tener visiones hasta de 360 grados dentro del vehículo”.
Esta es la nueva generación, y lo que ha detectado la Sedena, es que vienen con nuevos aceros mucho más ligeros, lo que representa una evolución reciente de este tipo de vehículos puyes gracias a eso son más rápidos. Además, otra ventaja es que los roban. Son vehículos robados que están convirtiendo en vehículos monstruo ligeros. Llevan un blindaje ligero y son mucho más móviles, mucho más operativos. “Definitivamente hay una gran importancia en lo que está sucediendo y tiene que ver con el deterioro de la seguridad en muchos estados de México. Si vemos los cientos de vehículos que han robado en Sinaloa en este mes, específicamente en Culiacán, te das cuenta de que ni siquiera necesitan comprarlos. Los roban, los modifican y las desechan”, enfatiza el experto.
“Lo que vamos a ver en el futuro va a ser más de este tipo de vehículos ligeros, robados, reconvertidos a unidades monstruo que ya ni siquiera le cuestan al crimen organizado”.
“A mis enemigos”
En cuanto al mensaje que mandan con estos vehículos a sus rivales y a las mismas autoridades, Alexei Chévez Silveti señala que inicialmente, estos vehículos fueron concebidos con fines militares, pero, por el grosor de las placas de acero, se volvieron vehículos muy pesados. “Esto hace difícil que los motores, la caja de transmisión y la suspensión aguanten este peso, sobre todo por el tipo de terrenos donde circulan. Por eso, estos vehículos empezaron a ser ineficientes”.
De ahí, otras organizaciones criminales lo empezaron a ver más como una manifestación de poder: cada organización criminal quiere demostrarle el éxito a sus competidores y ahí es donde empiezan las deformaciones, porque ya no es qué tan utilitario pueda ser, sino qué tan impresionante pueda verse. Adecir de Chévez, “se volvió un símbolo de estatus para las organizaciones criminales. Ese tipo de blindajes resiste ataques de la policía, mas no resiste la capacidad de fuego del Ejército Mexicano, y normalmente son las fuerzas armadas las que están combatiendo este tipo de vehículos. Entonces, no es algo que te pueda dar alguna ventaja específica, estratégica o táctica contra las autoridades, sino un mensaje contra los enemigos”.
La manufactura
A decir de Alexei Chévez Silveti, es muy difícil conseguir material para blindar los camiones. El blindaje de una camioneta cuesta aproximadamente 2 millones de pesos porque las placas de acero balístico que se usan para el blindaje están muy reguladas por la Sedena.
Por su parte, el cristal del parabrisas, que es la parte más delicada, es difícil de conseguir de manera legal, “por eso estamos viendo que cada vez es más reducido el espacio de visibilidad de estos vehículos”.
El acero que han encontrado dentro de estos nuevos vehículos es un acero militar que cumple con una norma específica para el blindaje de vehículos militares norteamericanos. “Este tipo de acero lo están importando ilegalmente desde Estados Unidos para esta nueva generación de vehículos mucho más eficientes y mucho más ligeros”.
P0r otro lado, aunque la fabricación de elementos para blindaje en México está muy regulada, con una asociación de blindadores que están perfectamente identificados, hay otras empresas legalmente constituidas en el país que no entran dentro de este esquema y que pueden importar este tipo de aceros con la excusa de que es blindaje balístico para el hogar o para negocios. Es muy probable que empiecen a meter este tipo de aceros y de cristales a través de estas empresas, advierte.
Finalmente, sobre la posibilidad de frenar el suministro de elementos para adecuar narcotanques, Alexei Chévez Silveti enfatiza que el problema principal es la cercanía con Estados Unidos. “Si los grupos criminales pueden importar clandestinamente armamento, municiones y equipos especiales para sus sicarios, es mucho más fácil importar aceros o cristales porque normalmente no es algo que veamos como peligroso”.