La relación con la tecnología es difícil de gestionar porque con cada notificación que recibimos, nuestro cuerpo libera dopamina
Madrid, España. Si Internet fuera un país, sería el sexto más contaminante del mundo en emisiones, según el I Estudio ING Bienestar Digital, que subraya además que un 70 % de la población mundial sufre nomofobia o miedo a estar un tiempo sin su móvil.
En el caso de España, el 62.6 % de los ciudadanos considera importante apagar el teléfono móvil en momentos clave, pero sólo el 39.6 % lo hace habitualmente.
La relación con la tecnología es difícil de gestionar porque "con cada notificación que recibimos, nuestro cuerpo libera dopamina, la hormona asociada con la recompensa y el placer, lo que nos genera la necesidad de estar siempre conectados", de acuerdo con el documento, que también apunta a que el 50 % de los españoles se queja de no tener "un buen bienestar digital",
Además, sólo un 5,6 % de los encuestados en este estudio asegura "conocer en profundidad" la contaminación que provoca Internet.
Así, recuerda que enviar un correo electrónico con un archivo equivale a dejar encendida una bombilla durante 24 horas, ver cuatro horas de vídeo en un móvil contamina lo mismo que un coche recorriendo 50 kilómetros y descargar una giga de contenido consume 200 litros de agua para refrigerar los servidores.
"Pequeños gestos pueden tener alto impacto", ha explicado el doctor en Psicología, Manuel Armayones, investigador de la relación entre la salud humana y el uso de tecnologías que ha colaborado con ING en este proyecto, "por ejemplo si utilizamos el modo avión cuando necesitamos centrarnos en un tema concreto o seleccionamos las notificaciones que realmente queremos recibir, podemos lograr aumentar nuestro bienestar mental notablemente".
El estudio cuenta también con las aportaciones de la periodista, escritora y profesora Esther Paniagua y el aventurero y presentador televisivo Jesús Calleja, con el objetivo de "visibilizar y concienciar sobre las consecuencias de la contaminación digital y los efectos que el consumo excesivo del mundo digital tiene en la salud y el planeta".
ING recuerda que fue "el primer banco cien por cien digital en España" y añade que en la actualidad utiliza energía 100 % de origen renovable y que la actividad de sus sistemas no genera emisiones de carbono.