La Conferencia del Episcopado Mexicano también llama a los mexicanos que están provocando violencia a detenerla y respetar la vida de todos.
Juan Carlos Huante / La Voz de Michoacán
Morelia, Michoacán. Tras el asesinado del presidente municipal de Uruapan, Carlos Manzo, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) alzó la voz y pidió “detener esta violencia fratricida”.
Los obispos de México también exigen las autoridades “asumir con decisión e inteligencia su responsabilidad de garantizar la seguridad y el Estado de Derecho”, además de recalcar que la construir la paz es tarea de todos e invitan a reforzar el compromiso y sumar esfuerzos en el Diálogo Nacional por la Paz para sanar la nación.
A través de un comunicado, los prelados destacaron que Carlos Manzo abiertamente desafió el estado violentado que se vivía en el municipio, crimen que se suma a una serie de asesinatos de personas que se han atrevido a levantar la voz y enfrentar la falta de Estado de Derecho en sus tierras comercios y otros espacios.
“Hoy no basta aprehender al asesino: hay que combatir con determinación la causa de todos estos asesinatos”, fustigaron los pastores de la Iglesia Católica mexicana.
En su postura recriminan que la presencia ordinaria de grupos armados que controlan la vida pública de los ciudadanos en varias regiones del país, es el verdadero crimen a enfrentar.
“Los retenes en carreteras, el despojo de tierras, las amenazas constantes a los productores, comerciantes y gobernantes, reflejan un grave debilitamiento del orden constitucional que los gobiernos, a nivel municipal, estatal y federal, están obligados a garantizar”.
Asimismo, llamaron a “todos los mexicanos que están provocando esta violencia fratricida a detenerla y respetar la vida de todos, pues cada hermano es un Don de Dios del que se nos pedirán cuentas cuando estemos ante Él: “Caín, ¿dónde está tu hermano?” (Gn 4,9)”.
“Nadie nació para hacer el mal y nadie encontrará el camino de felicidad transgrediendo la dignidad de su prójimo”.
Exigen a las autoridades combatir con determinación e inteligencia el verdadero crimen, “que no es solamente la trágica e indignante muerte de un comerciante o un alcalde, como fueron Bernardo Bravo y Carlos Manzo, sino la vida amenazada de miles de ciudadanos que día con día ven ultrajadas su libertades al trasladarse y desarrollar sus actividades comerciales y recreativas”.
“Estamos convencidos de que todos los mexicanos somos responsables de construir la paz: familias, maestros, comerciantes, empresarios, miembros de las diversas denominaciones religiosas y ciudadanos de los tres órdenes de gobierno. Todos estamos llamados a defender los valores de nuestra Patria que nos permitan vivir dignamente, en paz y libertad”.