Morelia, Michoacán., a 30 de marzo de 2024.- La quema de Judas, una arraigada tradición que se remonta a varios siglos atrás, se encuentra en peligro de extinción según Juan Barajas Pozas, tercera generación dedicada a elaborar las imágenes de Judas.

Esta práctica, una vez común en las iglesias, ahora se limita a unos pocos hogares religiosos que la realizan por tradición o entretenimiento.

Barajas Pozas, lamenta que muchas familias adquieran sus productos solo como decoración, sin honrar la tradición ancestral.

«Antes era las iglesias que quemaban los Judas y la gente se motivaba a quemar los Judas pero ahora ya no ya no se motiva, ya se está perdiendo todo eso», lamentó.

Con más de 50 años en la elaboración de estas figuras, reconoce que, se han perdido en un 95 por ciento, instando a la ciudadanía a preservar la tradición y evitar su desaparición.

«Se está perdiendo la tradición, los niños ya no lo conocen y piensan que son alebrijes o que son piñatas, ya no lo conocen, sin embargo, hay veces que los padres vienen a mostrárselos, cuando a ellos les compraban un Judas, pero, es una tradición que se está perdiendo, cada día es menos, ya no se termina la mercancía», remarcó.

La quema de Judas, símbolo del fin de la Semana Santa, consiste en apedrear o quemar una figura de cartón que representa a Judas Iscariote, el traidor de Jesús de Nazaret.

Anteriormente, esta práctica era llevada a cabo por las iglesias católicas, después de la misa, pero ahora se realiza de manera espontánea en algunos hogares o comunidades, perdiendo fuerza con el paso de los años.

A medida que esta tradición ancestral se desvanece, se hace un llamado a la comunidad para mantener viva la escenificación que busca simbólicamente erradicar la traición y el pecado, marcando así el cierre de la Semana Santa antes del Domingo de Resurrección.