Morelia, Michoacán

Con un pie y medio en la campaña para buscar la reelección, Alfonso Martínez se deja ver relajado en las últimas horas que le quedan antes de que entre en vigor la licencia pedida al Cabildo para separarse del cargo como presidente municipal de Morelia.

Y para despedirse antes de zarpar hacia las turbias aguas del proceso electoral, eligió caminar la obra más emblemática de su segundo periodo como edil en esta ciudad, la que también gobernó de 2015 a 2018.

“Ha sido un gran reto en tan poco tiempo hacer tanto”, expresa durante el recorrido de este viernes por la Ciudad Administrativa, en el centro histórico.

El complejo comprende cuatro edificios de dos a tres niveles, construidos en un terreno de 11 mil 500 metros cuadrados que, hace décadas, alojaban a la vieja Terminal de Autobuses sobre la avenida Nocupétaro.

En ese lugar se ubicarán 33 dependencias que actualmente ocupan inmuebles rentados por el Ayuntamiento, en distintos puntos de la ciudad, para la realización de trámites municipales, pagos y gestiones.

“El cálculo es que en cinco años este conjunto de edificios se pague con las rentas y servicios que se ahorrarán en las 33 oficinas que hoy estamos rentando”, destaca Martínez, quien llega a la elección municipal bajo el arropo del PAN y el PRD.

Durante el recorrido se pueden apreciar cuadrillas de trabajadores que laboran a marchas forzadas desde diversos frentes.

Algunos aplican, en muros, la pintura con retardante de fuego que incluyen los acabados; otros derriten con soplete los rollos de impermeabilizante que cubren la enorme explanada que divide a los cuatro edificios del complejo, y unos más revisan las redes de cableado o instalan el mobiliario de oficina que llegó protegido en plásticos.

“Hoy la estoy haciendo de guía”, presume Martínez mientras se luce dando detalles de la obra, sin tarjetas ni planos de apoyo. Todo es a capela; trae los datos como si contara de corrido del 1 al 10.

Serán mil 300 empleados los que se reubicarán a este espacio, de diseño tipo industrial – ductos de internet y electricidad expuestos – e inclusivo para personas con discapacidad y el cual lleva un avance del 95 por ciento de obra civil.

Las oficinas contarán con cubículos de concreto y amplios cristales, islas en pasillos para la atención y orientación al público; distribución funcional de espacios y áreas de cafetería.

En la zona núcleo del complejo se encuentra el cuarto de máquinas, el corazón pues. Ahí habitan tanques gigantes de 15 mil litros de capacidad cada uno, para almacenar el agua potable que se suministrará a todas las oficinas. En total, 135 mil litros será su volumen.

Habrá, además, sistema de captación de agua pluvial, paneles solares, y 800 cajones de estacionamiento.

En una segunda etapa se prevé equipar el complejo con elevadores – cubos y rieles ya están instalados -, y una azotea verde como ya ocurre con los complejos más modernos de las grandes urbes en México y en el mundo.

“La explanada central tendrá 30 árboles grandes en la periferia, y jardineras con árboles grandes en diferentes espacios. La idea es que haya mucha sombra, mucha naturaleza”, sostiene Martínez, quien tendrá como rival en la elección a Carlos Torres Piña, exsecretario de Gobierno, y a René Valencia, fundador de la organización Revolución Social.

Caminar cada una de las áreas de Ciudad Administrativa tomó casi dos horas, pero Martínez se dice entero, en una pieza. Listo para lo que viene: su enésima campaña en Morelia.

Tendrá enfrente al morenista Torres Piña y al priista René Valencia, con todo lo que ello implica, pero ni eso parece sacar de órbita al espigado edil, quien es señalado desde ahora como candidateable para la sucesión gubernamental del 2027, si sortea la aduana 2024.

Tampoco lo hacen las preguntas que buscan meterlo ya en la rebatinga electoral. No se engancha, no cae en la provocación. Al menos no por hoy.

“La de Ciudad Administrativa es una zona que estaba en manos de la prostitución y drogadicción, áhora sera la zona de más plusvalía del centro o de mayor dinamismo económico-” propaga.

Restan poco más de 50 horas para que Martínez sea edil con licencia, y con ello se abra la puerta para que pueda hacer campaña sin la presión del cargo, aún y cuando legalmente no estaba obligado a separarse.

Pero en tanto, aún se dirige a la audiencia ahí presente como alcalde en funciones, da órdenes a sus colaboradores, la hace de guía y no pierde la sonrisa por el impacto que, presume, tiene esta obra, la más emblemática de su trienio.

“Es una zona que estaba en manos de la prostitución y de la drogadicción, y ahora será la zona de más plusvalía del centro y de mayor dinamismo económico”, sostiene el, ya pronto, candidato en campaña.