Morelia, Michoacán

Tras los huracanes, brillaba el sol en la capital michoacana desde temprana hora, pero nubecitas provida bloqueaban y ensombrecían ya todos los accesos al Palacio Legislativo y los ánimos comenzaban a calentarse.

En contra no solo de la despenalización del aborto sino también de la diversidad sexual se pronunció un joven que sostenía una lona a las puertas del Palacio Legislativo en compañía del encargado del orden de Villas del Pedregal, Odín García.

En otro acceso, encabezaba el excandidato del PES a la presidencia municipal de Morelia, Gilberto Pizarro y elementos de Seguridad Pública resguardaban.

La prensa quería entrar.

Los diputados querían entrar.

Los antitaurinos querían entrar.

Los providas querían entrar, o quedarse afuera, pero que no hubiera sesión.

Se hicieron las palabras, los reclamos, la “colisión de derechos”. ¿Qué vale más, el derecho de los fetos, los derechos de los toros o el derecho a informar?

“Prensa, prensa”, gritaban los comunicadores.

Todo empeoró cuando un joven con un altavoz llegó a enturbiar el aire con sus consignas, agredir a los reporteros y señalar a uno de misógino. La ironía, providas acusando a otros de misóginos.

Finalmente se logró el quórum, entraron primero diputados, luego reporteros y con un minuto de silencio por el alcalde de Chilpancingo asesinado arrancó la sesión que sería maratónica.

Fue una sesión sui generis con un escenario aun más sui generis a las afueras del Palacio Legislativo. Por un lado, mariachis y trabajadores de la salud, al girar la cabeza, providas y un poco más allá feministas con sus pañuelos verdes y sus bocinas para seguir la sesión.

Dentro del recinto casa llena: feministas, estudiantes, animalistas y población LGBT, pues también se presentaron iniciativas para reconocer la diversidad sexual en la Constitución, prohibir el acceso de menores de edad a las corridas de toros, crear centros municipales de atención animal y tipificar el transfeminicidio.

Tras un intento infructuoso de la coordinadora parlamentaria del PAN, Teresita Herrera, de suspender la sesión para recibir a los manifestanes, un grupo de providas fue recibido por los panistas, mimetizados con sus atuendos azul y blanco, mientras que las diputadas de Morena portaban prendas y pañuelos verdes.

Baltazar Gaona venía de blanco y portaba una corbata celeste. Hizo un breve pronunciamiento al adherirse a la iniciativa animalista de Octavio Ocampo, para recomendar: “así como defienden a los animales, deberían defender a los no nacidos”, recibiendo un abucheo general.

A las 12:30 del día, después de haber leído innecesariamente la iniciativa de reforma judicial presentada por el Ejecutivo estatal -pues la lectura corresponde al momento en que se le da el “ha lugar” y en este caso era suficiente turnarla- y de que toda la bancada de Morena se suscribiera, entonces comenzó la discusión.

De hecho, comenzó antes de comenzar legalmente, pues Baltazar Gaona insistió en suspender la sesión, debido a que no estaba presente la presidenta de la comisión, Anabet Franco, y dijo tener dudas sobre el dictamen. Por mayoría de votos, se desechó su solicitud.

No fueron sorpresa los argumentos a favor de Fabiola Alanís y Nalleli Pedraza de Morena y el de Víctor Manríquez de Movimiento Ciudadano, como tampoco los razonamientos en contra de Vanessa Caratachea del PAN y Baltazar Gaona del PT, pero un poco sí el de Belinda Hurtado, también del PT, partido cuya ideología se ubica a la izquierda del espectro político.

Sorprendieron también las abstenciones de la coordinadora parlamentaria del PVEM, Sandra Arreola, quien se había dicho a favor de la despenalización y de los priistas Guillermo Valencia y Adriana Campos, así como la ausencia de Eréndira Isauro y Marco Polo Aguirre, de la Representación Parlamentaria. Alfredo Anaya, por su parte, se había reportado enfermo.

Finalmente tocó el turno de subir a tribuna al petista provida, Baltazar Gaona y todos los ojos se posaron en él como diciendo -sin decirlo-: “Balta, haz lo tuyo” ¡Y lo hizo! De una bolsa de basura sacó su bebé de plástico y lo destrozó, un poco trabajosamente simulando, según él, un aborto. “¡Ay, mi piernita!”, parecía gritar el muñeco, pero lo más divertido del perfomance es que no fue su primera función, pues ya se había visto esta misma escena en la anterior legislatura.

El ambiente fue menguando conforme prosiguió la presentación de las reservas y hubo intentos de retroceso, como la propuesta de Juan Antonio Magaña de la Mora de quitar las causales de pobreza extrema y accidente como excepciones de la interrupción de un embarazo en cualquier momento de la gestación, a pesar de que estas circunstanciales ya estaban previstas en el Código Penal.

Octavio Ocampo, del PRD, votó a favor de esta reserva y Brissa Arroyo se abstuvo. La mayoría de Morena logró desecharla.

Una vez declarada la aprobación en lo general y en lo particular, no hubo gritos, festejos y consignas, a diferencia de lo que se vio cuando se aprobaron las reformas constitucionales y las consignas a favor de López Obrador inundaron el recinto. Sólo hubo algunos aplausos aislados de Nalleli Pedraza y Fabiola Alanís, quienes presentaron dos de las iniciativas que se consignaron en el dictamen. De hecho, las presentaron de manera misteriosa, pues en la primera versión de la orden del día se suponía que las leerían en el pleno y se turnarían apenas a comisiones.

La marea verde se fue diluyendo, la ola celeste ya se había ido desde antes de que iniciara la votación, las funcionarias del Gobierno del Estado emprendían la retirada.

De acuerdo con activistas de distintas colectivas, hay pendientes. Falta regular la objeción de consciencia sanitaria, garantizar el acceso gratuito y seguro mediante reformas a la Ley de Salud, destinar recursos públicos a la educación sexual y atención a la violencia de género y reformar la Constitución del Estado. Según Fabiola Alanís, ya vendrán después.

La despenalización del aborto se vino rezagando legislatura tras legislatura desde hace 12 años. Fue la primera vez que se logró llevar al pleno y votarse.