Mara, más que una gestora es una agitadora cultural que propone a la comunidad dialogar(nos) y sentir(nos)
Rita Gironès colaboradora de La Voz de Michoacán
Cuántas cosas deberán pasar para que una librería sea entendida como un bien necesario. Allí se fragua algo mucho anterior a la adquisición de un libro. La inquietud, lo que subyace a la curiosidad, el espacio que miden las preguntas. Los colores de la librería Traspatio se ven a lo lejos. Después llegas y cruzas una pequeña puerta, casi simbólica. Adentro, un espacio infinito, porque el solar de los libros es muy difícil de medir. Es la terquedad de las libreras una fe ciega. Mara, más que una gestora, es una agitadora cultural. Propone a la comunidad dialogar(nos), sentir(nos). Legitimar la constitución de lo humano desde la libertad y sin expectativas de género. Estudiar Historia del Arte y Literatura fue sólo el comienzo.
¿Qué querías ser de niña?
Yo quería ser muchas cosas, pero lo que más recuerdo es arqueóloga. Veía revistas de arqueología de México y siempre me llamó la atención. Una vez lo expresé en familia y mi papá dijo que me iba a morir de hambre, entonces pensé que mejor querría ser enfermera (risas). En realidad, cuando entré a estudiar Historia del Arte me interesaba mucho el arte pre-hispánico, así que pude encaminar de alguna manera aquello que quise ser de niña…
¿Qué quieres ser ahora?
Ahora quiero ser más persona que cualquier otro título. Ahora quiero ser más libre, con menos ataduras, menos etiquetas. La maternidad desde muy joven me obligó a aprender muchas cosas pronto y ahora quiero cumplir los sueños propios, esos que vas descubriendo por el caminar de la vida. Con la edad aprendes que, sobre todo las mujeres, tenemos expectativas con varas muy altas, entonces te esfuerzas muchísimo y la verdad es que la vara nunca la llegas a alcanzar. Mi mayor deseo ha sido -y es- hacer uso de ese conocimiento y estar muy atenta para decidir también si esa expectativa es mía o no lo es.
Principal rasgo de tu carácter.
Soy muy terca. Pero la terquedad combinada con la tenacidad y la confianza te lleva a lugares que no imaginaste.
¿En qué punto convergen los libros con tu vida?
Mi vida librera se remonta a mi abuela materna Chelito. Ella fue bibliotecaria de la Normal y yo pasaba muchas tardes con ella. Desde niña, aprendí que me podía cuestionar la vida, llegar a conclusiones sin tener aún una conciencia plena. Considero que mi abuelita fue una gran promotora de la lectura y estoy segura que me viene desde ahí.
¿De qué nos sirve la lectura en un mundo como el de hoy?
El libro es un gran dispositivo para la reflexión, el diálogo, para el acompañamiento. Para bien y para mal, porque habrá libros con ideas terribles que no deberían circular. Pero los que sí, los que nos llegan, son un gran dispositivo para conversar, para espejearte y darte cuenta de tus propias cosas que no habías visto e incluso poder enfrentarte a ellas. Quizás no te harán una mejor persona, pero con las herramientas necesarias si pueden ayudar a que la comunidad sea más crítica y reflexiva. Y eso es precisamente lo que anhelo, porque una sociedad crítica será una sociedad más justa, más equitativa y más igualitaria.
¿Qué valor le das a las palabras, y qué valor al silencio?
Soy muy de silencios. Me gusta quedarme en casa, apagar el celular. Buscar el silencio es una necesidad muy personal. En mi caso, después de haber estado con muchas personas, necesito un día de silencio, regresar a mis lecturas personales. Las palabras para mí tienen un poder enorme, la palabra escrita y la palabra hablada. Hay heridas que son palabras y que ya no tienen vuelta atrás, así de potentes. Pero tiene la otra parte, esa otra que permite cambiar y hacer las sociedades más críticas. Un ejemplo son las nuevas generaciones feministas que saben del uso del poder de la palabra, de gritar, de denunciar, de nombrar.
¿Crees que el arte se gesta desde político o sólo desde lo poético?
Todo buen arte tiene algo político, es inevitable. Toda buena pieza artística, aunque busque la belleza, tiene una postura política incluso sobre la misma belleza. Las obras de arte que no pasan a la historia son esas que sólo buscan entretener. El discurso artístico que no sigue vigente será porque no tuvo un espejo y no se trabajó desde la universalidad. El futuro nos dirá...
¿Qué te gusta hacer en tus ratos libres?
Soy una persona con cero habilidades (risas). Uf, no sé tejer, bordar, no soy amante del paseo en las montañas o del ejercicio, ¡lo hago contra mi voluntad! (risas) Pero sí me encanta pasar tiempo con mi abuela. También con Chejov (el perro de mi hija) y me gusta muchísimo pasar tiempo con mis amigas.
¿Con quién te gustaría sentarte a platicar?
Me encantaría platicar con Patti Smith, con PJ Harvey o con Blondie. Sería algo así como “oye, platiquemos, bailemos, comamos”. Son mis ejemplos de mujeres talentosas, divertidas, también torturadas, pero alegres y vigentes.
¿Qué cualidad admiras en las personas, y qué detestas de la gente?
No puedo con las mentiras. Y admiro muchísimo lo opuesto, justo la sinceridad.
¿Pensaste alguna vez en cerrar Traspatio?
¡Sí, muchas! Hay momentos de mucha luz y hermosos, pero también los hay de mucha oscuridad. Hay que ser tenaces y tercas en buscar la luz en el camino de este mundo que describiste. Creo en los libros y en los proyectos culturales, esa es mi fe. Esto es algo que debe disfrutarse. No hay un paraíso para las personas que se sacrifican, que viven en la precariedad por el bien de la cultura. La calidad de vida se debe anteponer a todo. Más que una cuestión económica, se trata del gozo.
¿Qué harías si fueras millonaria?
(Risas) ¡Uy! Soy muy fan de la música. Pienso que me tomaría un año sabático sólo para ir a ver mis bandas favoritas por el mundo.
¿Crees en el destino?
Creo más en el trabajo. El destino nos lo abrimos, consciente o inconscientemente, o nos lo cerramos, o ambas cosas…
¿Qué es para ti la Cultura, Mara?
La posibilidad de poder transitar por el mundo y poder mirarlo desde otra manera. Es como el aire, respiramos Cultura. Somos parte de la Cultura y generamos Cultura, aunque uno no se dé cuenta. La Cultura es mi manera de estar en el mundo y hacerlo transitable.