Se acaban los trucos. El gobierno de Morena se encuentra en severas dificultades, sobre todo económicas

Rubén Moreira Valdez

Se acaban los trucos. El gobierno de Morena se encuentra en severas dificultades, sobre todo económicas. La mejor prueba de ello es el congelamiento del trámite legislativo de la reforma al artículo 123, sobre el salario de policías, soldados, maestros, médicos y enfermeros, que significaría elevar su percepción mensual a más de 18 mil pesos, sin contar prestaciones. “La historia la hacen los vencedores”, además de ser una frase sobada y cursi, no deja de tener mucho de razón.

Sin embargo, no solo los vencedores son autores de las narrativas; también los pícaros, oportunistas, “gatos” y, en ocasiones, hasta historiadores serios. Esto no es nuevo ni exclusivo de la pedorra 4T; el lejano Gilgamesh es prueba de ello.

Siempre hay excepciones, por ejemplo: los de corte neoliberal son repelentes a las lecturas profundas y, en particular, a las de carácter patrio, sobre todo si de ellas no se extrae un aprendizaje que permita la máxima generación de ganancias económicas.

Ya que hablamos de higiene y su aversión a la misma, hace unos días, a propuesta de Gerardo Fernández Noroña, apareció en la Gaceta Parlamentaria de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, un punto a debate titulado: “En relación con la solicitud del Grupo Parlamentario de Acción Nacional y del Grupo Revolucionario Institucional de intervención militar en México por parte del Ejército de los Estados Unidos”.

Los representantes de los partidos aludidos se encendieron por tres razones. 1. Ninguno hizo tal solicitud; 2. La redacción era engañosa y producto de una mente enferma; y 3. Se impuso no por la razón, sino por la posibilidad que da el ser mayoría. Para abonar al fandango, el sumo sacerdote del Morenato lanzó una imbécil frase: “Si viviéramos en el siglo XIX, serían pasados por las armas”. Tiene suerte de no encontrarse en esos tiempos, pues un chistecito de esos terminaba en duelo.

Lo cierto es que vivimos una realidad distinta a la que soñó el teórico del morenismo. Veamos: 1. La economía del país es más débil que el chorro de un bebé; 2. No hay nuevos empleos, y los pocos que surgen son informales; 3. La deuda seguirá aumentando; la pobreza “decreció” gracias a un “oportuno” cambio de metodología; y 4. Los vecinos del norte andan en son de bronca y traen al gobierno de morena a punta de toallazos.

Hay que tener cuidado con los que hacen uso de la historia para justificar las acciones presentes, pues no faltan los abusones. También de aquellos a los cuales se les encarga difundirla y escribirla. Para una probadita, hay que darse una vuelta a la librería del Fondo de Cultura Económica y descubrir que solo se edita lo que la calentura juvenil de su dueño decide.