En Michoacán actúa en Auándar Anapu (1975, Rafael Corkidi) y continúa su trabajo en los escenarios, en el cine y la televisión
Jaime Vázquez, colaborador La Voz de Michoacán
Aurora Clavel, con su elegante y colorido atuendo oaxaqueño, está sentada en una butaca de la sala cinematográfica. Recibe uno de los muchos homenajes que le rinden por su trayectoria en el cine y la televisión. Su voz es fresca, su lenguaje tan colorido como su vestido de flores. Su memoria es un surtidor de historias: “Son muchos años desde que me desempacaron de mi tierra hacia la gran metrópoli. Porque yo ni quería, yo no lo pedí, me llevaron. Yo era una chamaca de 15 años que corría por las calles de mi pueblo, de Pinotepa Nacional”.
Aurora, de sonrisa fácil y picardía, recuerda los días de sol en esa región de Oaxaca, las calles sin pavimentar, su adolescencia.
“Había por ahí un señor que me vio pasar un día, un viudo rico, ya mayor. Yo vivía con mi madre, que se había separado de mi padre porque no lo aguantó. Una tarde llegué a casa y estaban platicando con mi madre tres señoras; eran enviadas por aquel viudo. Pedían mi mano a su nombre para que me casara con él. Mi madre las corrió, muy enojada. No quería para sus hijas lo que había vivido con mi padre. De inmediato me mandó a México, a la capital, con mis hermanos”.
Aurora ríe con el recuerdo, sus ojos oscuros son un pozo cristalino: “Ahora le agradezco a aquel señor, a aquel viudo, mayor, rico. Ahora, años después, mira dónde estoy. Ya me dicen primera actriz”.
Aurora Clavel Gallardo nació en Pinotepa Nacional el 29 de octubre de 1936. Su gusto por los escenarios la llevó a tomar clases en el Instituto Nacional de la Juventud, el Injuve. “Me fui enamorando de un productor, Simón Armengol. Agarré mis cosas, me salí de la casa y le caí a Simón, le dije que yo quería vivir con él. Yo me lo rapté, es que soy muy costeña”.
En 1960 forma parte del cuerpo de baile de Kitty de Hoyos en Carnaval en mi barrio (René Cardona); es su debut en la pantalla, sin créditos. Al año siguiente es Jacinta en El tejedor de milagros (Francisco del Villar), sobre un argumento de Hugo Argüelles y Emilio Carballido, estelarizada por Pedro Armendáriz y Columba Domínguez.
Bajo la dirección de Luis Alcoriza es la esposa de Rubén (Enrique Lucero) en Tiburoneros (1962) y Belén, indígena en Tarahumara (cada vez más lejos), de 1964, junto a Ignacio López Tarso y Jaime Fernández.
En esos años sesenta participa entre otras cintas en La soldadera (José Bolaños), con Silvia Pinal y Narciso Busquets y en La maestra inolvidable (René Cardona), con María Rivas y Enrique Lizalde.
En 1968 forma parte del elenco de uno de los westerns más recordados: The Wild Bunch, que conocimos en México como La pandilla salvaje, dirigida por Sam Peckimpah, con William Holden, Ernest Borgnine, Robert Ryan y los mexicanos Emilio Fernández, Jorge Russek, Alfonso Arau y Chano Urueta.
En los setentas, de nueva cuenta con Peckimpah, es Ida Garrett, en otro western infaltable: Pat Garrett y Billy The Kid, en la que actúan James Coburn, Kris Kristofferson, Jason Robards y una espléndida Katy Jurado. Bob Dylan es Alias y compuso para la cinta su célebre Knockin' on Heaven's Door.
En Michoacán actúa en Auándar Anapu (1975, Rafael Corkidi) y continúa su trabajo en los escenarios, en el cine y la televisión. Para Bruno Torres de Quadratin declaró: “Antes de que filmara La rosa blanca yo ya vivía con mi marido, no estaba casada, pero yo era feliz, y un muchacho austriaco andaba buscando una actriz para un cortometraje. Me contrató para una película que considero la mejor que he hecho: La Huasteca, con José Carlos Ruiz, un actorazo”.
Rostro y presencia de nuestras raíces, Aurora Clavel recorrió los personajes, las historias, los tiempos, los dramas del cine nacional e internacional. Murió el 19 de mayo en la Ciudad de México.
Afirmó alguna vez: “Esta profesión es sagrada. Es una responsabilidad que requiere mucha disciplina. Hay que cuidarse porque el público quiere a sus artistas. Después de tantos años los cuidados me han dado una vida plena. A mis años, algunos me preguntan si no me quiero casar de nuevo, que no canto mal las rancheras y yo les digo que no, que tengo la mano pesada, ya mandé a dos al panteón”.
Desde luego: “muy costeña”.
Jaime Vázquez, promotor cultural por más de 40 años. Estudió Filosofía en la UNAM. Fue docente en el Centro de Capacitación Cinematográfica. Ha publicado cuento, crónica, reportaje, entrevista y crítica. Colaborador del sitio digital zonaoctaviopaz.
@vazquezgjaime