La vida política de Alejandro Moreno Cárdenas muestra el distanciamiento que ha tenido con la mayoría de los políticos que lo cobijaron, con quienes pactó y luego no cumplió
Redacción / La Voz de Michoacán
Morelia, Michoacán. El reloj marcaba las 13:00 horas cuando se escuchó el reventar de vidrios que un grupo de jóvenes, comandado por Alejandro Moreno Cárdenas, entonces estudiante de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Campeche, provocado al entrar por la fuerza a la rectoría para obligar a su entonces rector, José Alberto Abud Flores, a renunciar a su cargo.
Hoy, a 25 años de encabezar la toma violenta del edificio de la rectoría de la Autónoma de Campeche, el 11 de octubre de 1999, con lo cual arrancó su carrera política, Alejandro Moreno Cárdenas ha logrado tomar el dominio de la estructura del PRI para mantenerse en el poder, al cual llegó por el impulso de políticos como José Murat, Miguel Ángel Osorio Chong, Alfredo del Mazo y Héctor Astudillo, pero a quienes hoy ataca, con excepción de Murat, e incluso ya no están en el partido.
La vida política de Alejandro Moreno Cárdenas muestra el distanciamiento que ha tenido con la mayoría de los políticos que lo cobijaron, con quienes pactó y luego no cumplió, con excepción de Tirso R. de la Gala Guerrero, el primer priista que le dio la oportunidad de acercarse al poder; hoy, el hijo de Gala Guerrero, Tirso Agustín R. de la Gala Gómez, es el contralor del PRI que comanda Moreno Cárdenas.
De acuerdo con el currículum oficial que Alejandro Moreno Cárdenas ha entregado a la Cámara de Diputados y al Senado, sus primeros dos trabajos fueron como “auxiliar técnico de la rectoría de la Universidad Autónoma de Campeche” y como “coordinador de giras políticas del presidente del Congreso de Campeche”, sin especificar ni la edad que tenía ni el tiempo que desempeñó ambos cargos.
Pero la historia de la Universidad Autónoma de Campeche y del Congreso del Estado de Campeche permiten detectar que Tirso R. de la Gala Guerrero fue rector de la Universidad de 1987 a 1991 y después, de 1992 a 1994, fue el presidente de la Gran Comisión del Congreso del estado, durante la LIV Legislatura; es decir, pasó de la rectoría al Congreso, igual que lo hizo Moreno Cárdenas.
También era estudiante de la Facultad de Derecho de la universidad campechana cuando comenzaba su trayectoria en el gobierno local y era parte de la Juventud Popular Revolucionaria del PRI, por lo que fue más conocido en la universidad como un porro; de hecho, no concluyó la carrera de Derecho en la universidad, sino que debió titularse por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores René Descartes.
Desde esa posición se convirtió en un joven operador político del gobierno de José Antonio González Curi, con la participación directa del entonces presidente del comité directivo estatal del PRI, Edilberto Jesús Buenfil Montalvo.
En 1999, el entonces rector de la autónoma de Campeche, José Alberto Abud Flores, estaba en su último año de ejercicio. Anunció su intención de ir por un segundo periodo, pero el gobernador González Curi no estuvo de acuerdo. Como Abud Flores insistió en su posición, comenzó un movimiento estudiantil en su contra, encabezado por Alejandro Moreno Cárdenas, de acuerdo con las crónicas periodísticas de ese tiempo y con relatorías que llegaron a la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), que cerró filas con Abud Flores.
El 11 de octubre de 1999, alrededor de las 13:00 horas, Moreno Cárdenas ingresó por la fuerza al edificio de la rectoría.
Empujones y vidrios rotos fueron la estela de su paso rumbo a la oficina del rector. Agrupaciones estudiantiles de izquierda aseguraron en su momento que el grupo encabezado por Moreno Cárdenas había entrado portando armas blancas; sin embargo, no existe ninguna referencia al respecto en las notas periodísticas, que son escasas, ni en los reportes que llegaron a la ANUIES.
También participó el Sindicato Único de Maestros de la Universidad Autónoma de Campeche, que entonces dirigía Angelina Zetina López.
El rector José Alberto Abud renunció. Hoy, con el gobierno de Layda Sansores, regresó como rector de la Universidad Autónoma de Campeche.
Pero en 1999 el exitoso trabajo de Alejandro Moreno le valió que fuera incluido en la planilla de elección del ayuntamiento de Campeche, que encabezaba Jorge Carlos Hurtado Valdez. La planilla ganó la elección 2000-2003. Hurtado Valdez se convirtió en presidente municipal y Moreno Cárdenas llegó como el síndico de Asuntos Jurídicos.
Ante la derrota del PRI en la Presidencia de la República, los reacomodos entre el priismo dejaron a los gobernadores como los principales jefes del partido. Y uno de los más poderosos fue el oaxaqueño José Murat, quien en 2002 cerró filas con la dupla formada por Roberto Madrazo y Elba Esther Gordillo para ganar la presidencia del PRI. El talento de movilización de jóvenes que tenía Moreno Cárdenas lo hizo altamente útil a Murat en el propósito de lograr el triunfo de Madrazo, de acuerdo con testimonios de diversos priistas.
Madrazo, Elba Esther y Murat le ganaron a Beatriz Paredes en su primer intento por presidir el partido.
Jorge Carlos Hurtado Valdez solicitó licencia del cargo en 2002 para preparar su carrera a la gubernatura del estado, que ganó en el año 2003, mientras su antiguo síndico, Alejandro Moreno, saltó a una diputación federal para el periodo 2003-2006, como efecto del trabajo realizado en favor de la campaña de Roberto Madrazo, quien en 2002 ya lo había apoyado para que se convirtiera en el presidente del Frente Juvenil Revolucionario, cargo que logró, luego de la operación política que realizaron el propio Murat y su entonces principal colaborador, Ulises Ruiz.
Alejandro Moreno debía dejar la dirigencia del Frente Juvenil en el año de 2006, pero se mantuvo dos años más, hasta 2008; eso le valió para lograr la candidatura al Senado, donde estuvo hasta 2012, mientras que la presidencia del Frente la ganaba el entonces beltronista Canek Vázquez, hoy militante de Morena.
En noviembre del 2011, cuando el PRI consideraba a dos aspirantes presidenciales, Enrique Peña Nieto y Manlio Fabio Beltrones, Alejandro Moreno salió a declarar que él cerraba fila con Peña Nieto, porque era el único que podía recuperar la Presidencia de la República y se convirtió en un operador en Campeche para llevar votos a la causa priista.
Cuando Enrique Peña ganó la Presidencia de la República, Alejandro Moreno regresó como diputado federal, donde el impulso del entonces secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, lo convirtió en el presidente de la Comisión de Gobernación; luego en presidente del Comité Directivo Estatal del PRI en Campeche y, en 2015, en gobernador del estado, siempre con el aval presidencial.
Alito y el poder
Alejandro Moreno Cárdenas llegó a la presidencia nacional del PRI respaldado por los gobernadores que tenía el partido en 2019, cuando todo apuntaba a que el doctor José Narro Robles se iba a convertir en el dirigente nacional, dado que tenía el respaldo del expresidente Enrique Peña Nieto.
De acuerdo con el relato de algunos de los exgobernadores que hicieron posible el triunfo de Moreno Cárdenas, fueron Héctor Astudillo, de Guerrero y Alfredo del Mazo, del Estado de México, quienes operaron en favor del entonces gobernador de Campeche, a pesar de las advertencias que les llegaron: “mucho rollo”, “tramposo”, “mentiroso”, pero él les ofreció que se convertiría “casi un sacerdote”.
La idea de Astudillo y Del Mazo era que tuvieran un aliado gobernador en la dirigencia del partido, en el entendido que al no tener Presidente de la República emanado del PRI, la fuerza del partido recaería nuevamente en los gobernadores, como pasó cuando el PAN ganó la Presidencia.
Así, los gobernadores lograron revertir los acuerdos en torno a Narro Robles y la llamada cargada priista se lanzó a apuntalar a Moreno Cárdenas, que logró una votación de millones de priistas.
El paso del tiempo llevó a cinco de esos gobernadores a alejarse de Alejandro Moreno: Miguel Aysa (quien heredó la gubernatura de Alejandro Moreno en Campeche); el propio Héctor Astudillo; Omar Fayad, de Hidalgo; Quirino Ordaz, de Sinaloa; Claudia Pavlovich, de Sonora; Marco Antonio Mena, de Tlaxcala y Alfredo del Mazo, del Estado de México, quien en medio de ese distanciamiento público logró entendimiento para imponer a Alejandra Del Moral como candidata a la gubernatura.
En corto, algunos de esos gobernadores, que por cierto vieron perder sus estados en manos de Morena, aseguran que si pudieran regresar el tiempo, de ninguna manera respaldarían a Moreno Cárdenas.
Pero mantenerse en el poder le ha requerido hacer algunos mínimos acercamientos con políticos experimentados, como Beatriz Paredes, quien en 2008, como presidenta nacional del PRI, frenó a Alejandro Moreno en sus deseos de ser gobernador de Campeche y se quedó como secretario de Organización en el CEN comandado por Paredes, como parte de los espacios a grupos que no eran perredistas, en este caso de la dupla Murat-Madrazo, de acuerdo con el relato de exsenadores de la LX y LXI Legislatura, que vivieron de cerca el proceso.
Beatriz Paredes sí ha hablado con los críticos de Alejandro Moreno para atenuar rebeliones, en la lógica de que los problemas internos del PRI no deben traducirse en fractura y menos en un tema mediático. Sin embargo, ella hoy también está en contra de la decisión de Alejandro Moreno de reelegirse al frente del PRI nacional.
Hoy, Alejandro Moreno ha emprendido una lucha contra todos quienes le ayudaron a llegar al poder, pero que critican sus excesos y sobre su escritorio hay peticiones, de su propio equipo, de expulsar a los expresidentes nacionales del partido que se han rebelado a que se mantenga al frente del partido.
Hoy, Alejandro Murat, hijo de José Murat, está en Morena, inconforme con el liderazgo de Alejandro; hoy Miguel Ángel Osorio dejó el PRI; luego que Moreno le quitó la coordinación de senadores. Hoy, Alfredo del Mazo y Héctor Astudillo, promotores de su candidatura a dirigir el PRI en 2019, ya se fueron del PRI también cansados por los excesos de poder de quien fuera su “gallo”.