Alberto Guerra revela sus temores como padre y reflexiona sobre la paternidad tras trabajar con Madonna.
Durante una entrevista en el programa Ventaneando, el actor Alberto Guerra compartió sus pensamientos sobre los temores que enfrenta como padre.
Al ser interrogado acerca de sus miedos respecto a sus hijos, el actor fue claro: “Todos, los habidos y por haber. Cada día me despierto con 10 miedos nuevos con mis hijos”, confesó, reconociendo que la responsabilidad de la paternidad le ha hecho reflexionar sobre su propia juventud.
Guerra explicó que, al volverse más consciente de su papel en la vida de sus hijos, recuerda las etapas de irresponsabilidad que vivió en el pasado y teme que sus descendientes puedan repetirlas.
“Si hacen la mitad de las irresponsabilidades que yo hice en la vida, ya son muchas”, señaló, mostrando la vulnerabilidad que experimenta en esta etapa de su vida.
Acerca de cómo educar a sus hijos considerando sus propias experiencias, el actor admitió que no hay una fórmula perfecta.
“Yo creo que con los hijos hay que guiar desde la experiencia que tuvimos, pero además de eso, hay que estar ahí para cacharlos porque les va a pasar. Nos vamos a equivocar”, expresó, subrayando que los errores son parte del aprendizaje.
En este proceso, Guerra destacó el papel esencial de su pareja, la actriz Zuria Vega, con quien comparte la crianza de sus hijos.
“Sí, sí la tengo. Es una gran madre. Tenemos una familia muy bonita, la verdad”, dijo con orgullo, reconociendo la importancia de tener un apoyo sólido en su vida personal.
El actor también fue cuestionado sobre la atención mediática que recibió este año tras colaborar en un proyecto con Madonna, donde su físico fue foco de atención.
Aunque admitió que le incomoda que se hable más de su apariencia que de su trabajo, lo tomó con humor.
“Me da mucha pena. Se agradece igual, al fin de cuentas cumplí 43 años. Lo que me interesa es que las tres mujeres en mi casa, mis dos hijas y mi mujer, me sigan viendo como el mejor y más guapo del mundo”, comentó.
Pedro Sola, conductor del programa, le recordó que a la mitad del mundo también le parece atractivo, a lo que Guerra respondió con simpatía: “Oye, no, espérate, la otra mitad. Vamos a trabajar por la otra mitad”, provocando risas en el foro.
Con estas declaraciones, Alberto Guerra mostró una faceta íntima y honesta, combinando la vulnerabilidad de la paternidad con la ligereza de enfrentar la fama.
Entre miedos, aprendizajes y bromas, el actor dejó claro que su prioridad es su familia y que, más allá de la atención mediática, lo que realmente le importa es el amor y la admiración de sus seres queridos.
