Recientemente, se dio a conocer que un 30% de huertas aguacateras presentan estrés hídrico, lo que se resume en mayor demanda de agua de la realmente disponible, por lo que se ha extraído ilegalmente este líquido de diversos cuerpos acuíferos.

Arturo Chacón Torres, investigador decano del Instituto de Investigaciones sobre los Recursos Naturales (INIRENA) de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, comentó sobre el aumento de la temperatura y la sequía prolongada “El aguacate tiene una profunda huella hídrica. Para un kilo de aguacate se requieren 1,250 litros, es un gran consumidor de agua. Con esta sequía, se ha pronunciado, porque no ha llovido, las ollas están casi vacias, se han construido ollas de manera ilegal, y hay un crecimiento en las huertas. Están bombeando sin permiso”, indicó el decanor.

Los lagos, por otro lado, resienten la evaporación y el bombeo de agua a través de las pipas. «En Pátzcuaro, se contabilizaron 1,000 metros cúbicos diarios que se están extrayendo. Estamos viviendo ya lo que es la confrontación por el agua”, aseveró.

Zirahuén tiene en toda su cuenca huertas de aguacate, y no se produce agua ante la ausencia de bosque. “Los lagos disminuyen por extracción. En Zirahuén, se contabilizan 2,600 hectáreas de huertas de aguacate, de un total de aproximadamente 350 mil a 400 mil huertas en el estado. El Lago de Zirahuén tiene actualmente una profundidad de 43 metros, y ha disminuido entre 2 y 3 metros de profundidad. Podemos hablar de una pérdida de agua de 10 millones de metros cúbicos, tanto por evaporación como por extracción”, finalizó Chacón Torres.

Tancítaro, Peribán y Uruapan son los tres municipios con más huertas de aguacate en la entidad, por lo que la vigilancia satelital debe ser efectiva, pronta y eficaz si se quiere erradicar la problemática a corto plazo.