“Sin libertad de prensa, no hay libertad real” – Reporteros Sin Fronteras
Desde niño, J. Xavier Velasco hizo del cine su espacio de conexión con otros mundos posibles a través del arte. Al principio solamente como espectador, ya que en ese tiempo le parecía imposible ser él mismo un cineasta. Su pasión por el género de ciencia ficción lo acercó a la física y decidió estudiar esa licenciatura; pero el destino es más fuerte: oriundo de Xalapa, creció cercano al arte y la cultura que esta ciudad ofrece y en la preparatoria comenzó a hacer fotografía; luego a rodar, con sus amigos, cortometrajes caseros.
Al terminar la Licenciatura en Física, siguió fortaleciendo su carrera autodidacta como cineasta con cursos, talleres y más proyectos independientes como aficionado, que pronto se convertirían en encargos de comerciales y en cortometrajes de nivel semiprofesional y luego profesional.
Cocodrilos es su ópera prima y un parteaguas en su carrera y en el cine mexicano, porque es la primera que habla de un tema que no pretende ser cómodo ni complaciente: el asesinato de periodistas en nuestro país. Acostumbrado a la tranquilidad de una ciudad universitaria como Xalapa, a partir de la etapa conocida como «la guerra contra el narco», comenzó a ver a militares en las calles, balaceras, extorsiones y otras nefastas situaciones.
A fuerza de repetirse, estos actos macabros han llevado a la sociedad a una «normalización» de la violencia, que desde el 2008 a la fecha se ha transformado en ultraviolencia. Como en todas las épocas difíciles de la humanidad, son los artistas los que señalan, reflexionan e invitan a un cambio. En ese tenor, en el 2011 J. Xavier Velasco estrenó el cortometraje Juan y la borrega, ganador del premio IMCINE para producción y posteriormente nominado al Ariel en la categoría de mejor cortometraje de ficción.
Fue el impacto que le provocaron los asesinatos de los periodistas Regina Ramírez en el 2012 y de Rubén Espinoza en el 2015, lo que gestó la historia de Cocodrilos, su opera prima. Además del horror por la muerte de estos mártires, su indignación creció al ver el tratamiento del caso y la impunidad que evidenciaban. La idea estuvo tomando forma en su mente por varios años, hasta que comenzó a escribir el guion en un ejercicio literario compartido con su hermana, la escritora Magali Velasco, quien escribió la misma historia en formato de novela.
El proyecto cinematográfico fue seleccionado en el Estímulo Fiscal a Proyectos de Inversión en la Producción y Distribución Cinematográfica Nacional (EFICINE) y posteriormente también fue seleccionado en el Taller de Revisión de Guion 2021 de Cine Qua Non Lab (CQNL), lo que le permitió «pasar de tener un buen guion a tener uno excelente», según sus propias palabras.
Hace énfasis en la ayuda que significó el trabajo en el taller de la mano de Paz Alicia Garciadiego, igual que la generosa aportación de sus compañeros de taller. La apertura de escuchar los consejos y observaciones, dejando el ego en la puerta, le permitió observar el guion desde muchos puntos de vista deferentes que, sin perder la escencia de lo que él quería decir y cómo lo quería decir, le ayudaron a fortalecer la historia. Estas dos experiencias fueron clave para que la película lograra ser lo que es, porque EFICINE le dió la libertad de hacer la película sin censura y CQNL le permitió tener una historia pulcra y lista para rodar.
Cocodrilos habla de la situación de violencia en México, específicamente de la violencia que se ejerce sobre los periodistas. A través del personaje de Santiago Ortiz, interpretado por Hoze Meléndez, un joven fotoperiodista en el Puerto de Veracruz que
arriesga su vida y la de su familia al emprender un viaje en la incansable búsqueda de la verdad después de que su mentora, la respetada Amanda González, interpretada por Teresita Sánchez, fuera asesinada por el crimen organizado.
Santi retoma su última investigación a pesar de las escalofriantes amenazas que llegan a la casa de su madre, interpretada por Arcelia Ramírez, y de las advertencias de su novia, encarnada por Karem Momo. Además de los actores mencionados, el reparto de Cocodrilos está conformado por: Aída López, Carlos Aragón, Mayra Sérbulo, Manuel Cruz y Manuel
Domínguez, entre otros. La cinta es una producción de Protopictures y Nopal Army Films, producida por Ernesto Martínez Arévalo, Jessica Villegas Lattuada y el mismo J. Xavier Velasco, y fotografiada por el cinefotógrafo Felipe Pérez Burchard, miembro de
la Academia Mexicana de Cinefotógrafos (AMC).
Las dicotomías que maneja el argumento logran una tensión tremenda: honestidad y corrupción, miedo y valentía, lucidez y locura. La naturaleza humana (y tal vez no humana también) expuesta en un espejo que cada día cuesta más trabajo mirar.
Informes anuales de Reporteros Sin Fronteras, organización fundada en 1985 en Montpellier, Francia, colocan a México desde hace varios lustros como uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo y el más peligroso en Latinoamérica. Después de los horrores de la Segunda Guerra Mundial, en 1948 representantes de todo el mundo se reunieron en París y redactaron la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que se conforma por treinta artículos, idealmente garantizados internacionalmente bajo cualquier circunstancia.
En esta declaración, el Artículo 19 indica que: «Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión». El periodismo no tendría que ser una labor de alto riesgo en ningún país. Defender el Artículo 19 no es tarea exclusiva de periodistas u organizaciones de derechos humanos; es un compromiso colectivo porque el beneficio de una prensa libre es colectivo y es señal de una sociedad sana.
J. Xavier Velasco considera que el impacto de esta ficción puede ser más potente que el de un documental y lo presenta como un thriller, pero conceptualmente esta obra es en realidad una película de terror en la que seres demoniacos, literalmente salidos del infierno, asolan a los buscadores de la verdad. En Cocodrilos se refleja lo peor y lo mejor de la humanidad y por eso es tan fuerte, porque muestra artísticamente lo que todos vemos casi a diario y que hay que evitar a toda costa. «No se mata la verdad matando periodistas», grita Cocodrilos. Y tiene razón. Cuando esto ocurre nadie gana: ni los buenos ni los malos. En esta acción sólo hay pérdida y tragedia.
Tal vez tardemos años en superar esta época oscura. Si alguna esperanza existe, está en la sociedad civil organizada, en el cuidado amoroso de la infancia, en la educación sexual y reproductiva; porque una sociedad con hijos no amados, será una sociedad infernal. Amemos y cuidemos a todos los niños como si fueran nuestros hijos. Aquellos que están despiertos, que siembren conciencia. Algún día germinará. Tal vez es imposible acabar con el cáncer que ya tiene nuestro país. Tal vez tenemos que esperar a que muera para ver nacer algo nuevo. El arte es un excelente aliado para hacerlo, tengamos el valor de utilizarlo más allá de su carácter decorativo o de entretenimiento.
Esta película se estrenó internacionalmente en el Chicago Latino Film Festival en Estados Unidos; el estreno nacional fue en el reciente Festival Internacional de Cine de Guadalajara. Tambien se presentó este año en el Festival de Cine Independiente de la Ciudad de México y acaba de ser seleccionada en el New York Latino Film Festival. Seguramente se mostrará en otros festivales y próximamente podrá verse en cartelera nacional. Les aseguro que no dejará indiferente a nadie. Cuando la vean, tengan en mente lo que dijo el político alemán Hans-Dietrich Genscher: «La prensa es la artillería de la libertad».
Erandi Avalos, historiadora del arte y curadora independiente con un enfoque glocal e inclusivo. Es miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte Sección México y curadora de la iniciativa holandesa-mexicana “La Pureza del Arte”. erandiavalos.curadora@gmail.com