Trump, ahora la ha tomado contra los hermanos venezolanos retomando el viejo truco de atribuirle al gobierno vínculos con el narco con el fin de crear un ambiente propicio que justifique una eventual invasión
Rafael Alfaro Izarraraz
Trump, ahora la ha tomado contra los hermanos venezolanos retomando el viejo truco de atribuirle al gobierno vínculos con el narco con el fin de crear un ambiente propicio que justifique una eventual invasión al territorio venezolano que es como si se invadiera cualquier parte del territorio de nuestra Patria Grande. De nada han servido las declaraciones de la ONU acerca de que son las naciones andinas como, lamentablemente, Colombia y Ecuador en donde se ha incrementado el espacio ocupado para la producción de cocaína y que esa ruta sigue su desplazamiento hacia el Pacífico y México, así como a EU que posee la mayor cantidad de personas en el mundo que forman parte de ese mercado.
Dice Marco Rubio, secretario de Estado estadounidense, que no le importa lo que diga la ONU. El secretario de origen cubano (la derecha cubana) que si pudiera de inmediato ya iría por todos los gobiernos de izquierda en Latinoamérica y el Caribe, dice que un jurado de los EU ha calificado a Maduro de narcoterrorista… Como si ese jurado estadounidense no supiéramos que carece de la más elemental legitimidad. Como es que EU forma un jurado y califica a Maduro de narcoterrorista sin ningún tipo de pruebas como si no comprendiéramos que ese jurado fue creado por ellos mismos que sin pruebas quieren invadir Venezuela porque en el fondo quieren el petróleo pues son la oligarquía petrolera la que apoyan a Trump. EU quiere encontrar cualquier pretexto para invadir Venezuela, pero si no encuentra pruebas las inventa.
Ahora bien, una cosa es decirlo y otra hacerlo. Todo mundo sabe que EU está en quiebra más allá de la relevancia que como mercado mundial posee, no como productor porque ya no produce casi nada. El gobierno estadounidense (el Tesoro) está en quiebra. En 2021 el gobierno de EU tenía 7.7 billones de dólares en manos de entidades extranjeras como Japón y China, principalmente. A esa nación que tanto persigue Trump en sus discursos y contra la cual lanza todos los días amenazas es precisamente una de las entidades a las que más les debe EU: China, así es la hipocresía. Pero cada vez más, aunque lo siguen haciendo, es más difícil al gobierno de las barras seguir imprimiendo dólares y venderlos en el mercado para subsidiar sus necesidades.
Trump quiere devaluar el dólar y así ha ocurrido con el fin de hacer más competitivas las mercancías que vende al mundo como los productos digitales pues no pueden con los productos asiáticos. Esto le ha metido temor a los compradores de bonos estadounidenses. Es verdad a las multinacionales estadounidenses no les conviene que el dólar pierda mercado porque con esa moneda llevan las mercancías a todo el mundo, como dic el profesor Richard Wolf. China, no obstante, ha empezado a vender los dólares y de un billón que tenía en sus manos ahora tiene únicamente 750 mil millones de dólares. En Asia, los BRiCS y la Organización de Cooperación de Shanghái ha creado un banco para promover el desarrollo entre sus miembros lo que impactará a la banca mundial globalista.
A Trump le salió lo pacifista que nadie le cree, cuando desplaza fuerzas navales frente a la costa venezolana. Y como quiere presentarse como candidato al Nobel (le pide a los gobiernos que lo propongan pero a Modi, de la India, lo enfadó con eso y se fue con Rusia, entre otros motivos) y ante sus electores que sufrieron la desindustrialización y le creen a Trump que va volver a hacer grande a EU, avalan las balandronadas hacia Venezuela. Pero como van a financiar una guerra contra Latinoamérica y el Caribe que se batirá contra EU y defenderá a Venezuela porque es también su territorio. De dónde van a tomar dinero si están en bancarrota, del dinero que les va dar Europa, pero en Venezuela no se van enfrentar únicamente al pueblo venezolano y eso lo deben tener muy claro por eso no pasan de plantarse con buques de guerra cerca de Venezuela. A Venezuela la vamos a defender porque es nuestra propia patria.
Para sus seguidores están las decisiones de “gran valentía” como es el lanzar un ataque contra una amenaza de una humilde lancha que llevaba a once ocupantes indefensos. Tal vez eso le guste a sus electores que lo han visto hasta ahora (aunque cada día menos) como un antisistema. Pero para la comunidad latinoamericana lo hecho en contra de esos humildes lancheros es un abuso de poder. Ante los humildes es un león y ante los fuertes un ratón, parafraseando a José de Molina y la letra de sus canciones. Dice Trump que tienen declaraciones en donde esos ocupantes de la lancha hacían declaraciones que los inculpaban. El punto es que nunca ha presentado pruebas ni las presentará. Los pobres lancheros sirvieron para mostrar “músculo” de un esquelético gobierno en decadencia. Cobardes.
Algunos críticos del ejército de EU, que en el pasado pertenecieron a esas fuerzas armadas, han declarado muy acertadamente que el ejército estadounidense (aunque con Trump han levantado un poco) dejó de ser un atractivo para los jóvenes estadounidenses que no quieren ir a la guerra para perder. El ejército, es un ejército de “gordos”. Los comandantes retirados se han quedado asombrados por el desfile celebrado en China del Día de la Victoria contra el Fascismo. Saben que los que marchan no son los que combaten necesariamente, pero saben que esa imagen ofrece un escenario que antes no había llevado a cabo China que ha tomado confianza ante la caída de EU.
Los buques y portaviones, sin demeritarlos, son viejos y vetustos y no se han modernizado. Fue ridículo como una de las embarcaciones que los EU llevaron frente a las costas venezolanas tuvo que regresarse a su puesto de abastecimiento técnico porque no aguantó técnicamente permanecer como instrumento ofensivo del resto del equipo militar allá desplegado. Para los ex militares estadounidenses el ejército y la marina de los vecinos del norte ya no es la misma que tenía un espíritu de justicia del pasado. Hace unas décadas se sentían orgullosos de pertenecer al ejército porque se creía que se combatía por el bien como ocurrió en la Segunda Guerra Mundial. Ahora, no ocurre lo mismo con el orgullo militar estadounidense.
En Venezuela no habrá lanchistas, millones la defendernos.