El asesinato de Jimena en Apatzingán no puede quedar impune y es urgente que, como Congreso, se reconozca la realidad que enfrentan las personas trans en nuestro estado, subrayó la diputada local Xóchitl Ruiz González, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos en la LXXVI Legislatura Local.

La diputada integrante del Grupo Parlamentario del Partido Verde Ecologista de México condenó enérgicamente el asesinato de Jimena, mujer trans que fue privada de la vida con extrema violencia en Apatzingán, y expresó su solidaridad con la comunidad LGBT+.

“Lamento y condeno el crimen de Jimena. Los crímenes de odio como éste deben castigarse con todo el peso de la ley. Y desde el Congreso del Estado debemos fortalecer la legislación y atender las propuestas que están pendientes de dictaminar. Queremos una sociedad incluyente y pacífica, en la que se respeten nuestras diferencias y la vida”, afirmó la legisladora.

Xóchitl González recordó que hace unos días presentó una iniciativa para reconocer y tipificar el delito de transfeminicidio en el Código Penal del Estado, proponiendo penas de 35 a 50 años de prisión a quien prive de la vida a una mujer trans o persona con identidad o expresión de género femenina (real o percibida), cuando el crimen esté motivado por odio o rechazo a su identidad de género.

Subrayó que todas las propuestas pendientes deben dictaminarse y recordó que la propuesta contempla criterios para identificar el delito de transfeminicidio, como la existencia de discriminación, violencia o amenazas previas, además de saña, mutilación o ensañamiento relacionados con la identidad de género y situaciones de vulnerabilidad como trabajo sexual, exclusión o marginación. También expresiones de odio antes, durante o después del crimen.

Por ello, se plantean agravantes que aumentan en un tercio la pena si el agresor tiene relación cercana con la víctima (familiar, laboral, afectiva o de autoridad), si la víctima es menor de 18 o mayor de 60 años, además si la víctima tiene discapacidad o se encuentra en situación de calle y si hay exposición pública del cuerpo o destrucción del mismo.

Reconoció que, aunque el término aún no está tipificado en todas las legislaciones, organismos como la ONU lo reconocen como una forma extrema de violencia basada en género, donde una persona es asesinada por ser mujer trans o expresar una identidad femenina, motivado por odio, transfobia, misoginia o discriminación.

De acuerdo con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), una mujer trans es una persona a quien se le asignó el sexo masculino al nacer, pero que se identifica y vive como mujer, con una identidad de género distinta a la que se le impuso al nacer.