Morelia, Michoacán

Maestros en mayúsculas, estos que pueden transformar las vidas de sus alumnos y las de ellos mismos, hay muchos en la Casa de la Cultura de Morelia, pero, sin dudas, la instructora Viviana Pintor, con su taller de Danza Terapéutica, ha sentado pautas en la búsqueda de la libertad de poder ser quienes somos.

Según una entrevista realizada por la Secretaría de Cultura de Michoacán (Secum), ella sólo trabaja con jóvenes con síndrome de Down, trastorno del espectro autista, y personas con discapacidad visual y auditiva, quienes bailan, saltan y ríen con las danzas terapéuticas aplicadas al folclore desde hace poco más de un año.

“Ellos se sienten muy contentos. Siempre llegan emocionados. Se abrazan, me abrazan, lloran de lo emocionados que vienen”, comenta la especialista minutos antes de empezar una clase de ejercicios de coordinación motora que busca estimular la confianza en de los estudiantes para que ganen en sensibilidad y libertad de expresión.

“Para mí es mucha emoción. Me llena estar con ellos, porque hasta para mí siento que es terapéutico. Cuando trabajo con el grupo, cuando platico, cuando convivo, cuando bailo, siento que a todos se nos permite ser lo que queramos: un pollo, un pato, lo que sea. Sin temor a que nos juzguen”, comenta.

En el marco de la jornada por el Día del Maestro, Viviana Pintor les envió un mensaje de felicitación a quienes se dedican a la labor docente, especialmente en el ámbito artístico en la Casa de la Cultura. “Ellos contagian con su entusiasmo, es hermoso”.