Con apenas 19 años, la joven actriz perdió la vida en un trágico accidente que dejó una profunda huella en su familia.
Redacción / La Voz de Michoacán
Ciudad de México. Ante el reciente fallecimiento de Silvia Pinal, la legendaria actriz mexicana, es inevitable recordar a su hija, Viridiana, quien, aunque tuvo una vida corta, dejó una huella imborrable en quienes la conocieron. La noticia de la partida de Silvia Pinal, madre y figura fundamental del cine mexicano, ha revivido los recuerdos de una historia de tragedia y desgarro familiar que, desde su juventud, marcó a la familia Pinal.
Viridiana Alatriste Pinal, nacida el 17 de enero de 1963, fue hija de Silvia Pinal y del empresario Gustavo Alatriste. Creció en un ambiente artístico que la impulsó a seguir los pasos de su madre en el mundo del espectáculo. Con tan solo 18 años, Viridiana incursionó en el cine, donde mostró su talento y prometía convertirse en una de las grandes figuras del cine mexicano de los años 80.
Su belleza, carisma y dedicación le permitieron obtener papeles en películas y telenovelas, y se le consideraba una de las jóvenes más prometedoras de su generación. Sin embargo, su carrera no logró despegar como muchos anticipaban. Viridiana atravesó momentos difíciles que la llevaron a alejarse del medio artístico, aunque su potencial como actriz siempre fue evidente.
La tragedia tocó la vida de la familia Pinal en la madrugada del 25 de octubre de 1982, cuando Viridiana, con solo 19 años, falleció de manera inesperada en un accidente automovilístico en la Ciudad de México.
El percance ocurrió después de que Viridiana tuvo una discusión con su novio en una fiesta, y casi al amanecer, decidió irse sin despedirse de nadie. Mientras conducía su automóvil en una cuesta sin acotamiento rodeada por un barranco no cercado, la joven no vio el precipicio y siguió de frente hasta salir de la carretera y caer al vacío.
Durante la súbita caída Viridiana sufrió un fuerte golpe en la sien que le provocó un traumatismo craneoencefálico, y en consecuencia, una muerte instantánea. Su cuerpo fue reconocido por su media hermana, Sylvia Pasquel.
Este accidente fue un golpe devastador para Silvia Pinal y toda su familia. Viridiana dejó un vacío profundo que nunca pudo ser llenado, una pérdida irreparable que la actriz sufrió con inmenso dolor, sin poder sobreponerse completamente a la tragedia.
Tras su partida, Silvia Pinal ha hablado en diversas ocasiones del amor y la tristeza que sintió décadas después por la pérdida de su hija.