Apoyando a más de 500 cineastas de 65 países, buscan dar a conocer la diversidad artística, cultural y social
Erendi Ávalos colaboradora de La Voz de Michoacán
Tzintzuntzan, “donde está el templo del dios colibrí mensajero”, es el corazón original de Michoacán. Con su geografía privilegiada, fue elegido por los Uacúsecha —Caballeros Águila— como capital de un gran imperio que sigue vivo. Desde entonces han pasado grandes personalidades por estas tierras: Tariácuri, fundador del Señorío P´urhépecha; Tangaxoán, cazonzi de Tzintzuntzan y defensor contra los aztecas; Tangaxoan II, último cazonzi; la mítica Eréndira; Jacobo Daciano, príncipe danés que defendió a los indígenas; el francés Maturino Gilberti, artista, teólogo y lingüista; y por supuesto Vasco de Quiroga. Todos ellos son recordados por dejar un legado tangible o intangible a Tzintzuntzan, y a Michoacán.
Actualmente existe un proyecto que ha rendido frutos de importancia internacional y que busca también dejar un legado para la posteridad: Cine Qua Non Lab, una organización sin fines de lucro fundada en 2010, con sedes en Morelia y Nueva York, y con instalaciones en un mágico refugio ubicado en Tarerio, municipio de Tzintzuntzan. Su misión es apoyar el cine independiente ofreciendo un espacio único para la comunidad cinematográfica y desde su creación, ha apoyado a más de 500 cineastas de 65 países, promoviendo la diversidad artística, cultural y social a través de programas de escritura y reescritura de guion.
Este año celebran su XV aniversario y amplían los alcances del proyecto por lo que, entre otras acciones, han decidido hacer realidad la construcción del Centro Multimedia Tzintzuntzan (CEMUT). Este centro será un espacio de formación artística y humanística inédito en la región. Es un esfuerzo por incluir y hacer participar activamente a los habitantes de las comunidades aledañas y crear vínculos entre la comunidad regional y la internacional para generar proyectos audiovisuales –especialmente de narrativas cinematográficas–, que reflejen la riqueza y diversidad cultural del municipio y del estado.
La proyección del CEMUT viene de varios años atrás y se han dado ya pasos contundentes: la donación de un terreno cercano por parte de CQNL, el desarrollo del proyecto arquitectónico a cargo del despacho Estudio Chamán —que combina creatividad, funcionalidad y el respeto por el entorno— y el trabajo en el contenido y programas académicos. En esta primera etapa comenzarán con algunos proyectos comunitarios que irán creciendo a la par de la construcción, en colaboración con el Centro Cultural Comunitario Tzintzuntzan, cuando el espacio físico esté listo migrarán, pero sin dejar de colaborar con el CCCT.
Para ello se ha lanzado una campaña de procuración de fondos, que serán utilizados en la construcción del CEMUT y posteriormente de su equipamiento. Cabe mencionar que se ofrecen recibos deducibles de impuestos tanto en México como en Estados Unidos, como incentivo para que la gente y las empresas apoyen. El contacto para las donaciones es: giving@cqnl.org.
Una de las noticias más destacadas de esta nueva etapa es la creación de una figura legal para que el proyecto y las instalaciones en las que se lleva a cabo sean parte de una fundación que persista en el tiempo y beneficie a muchas generaciones futuras cuando los fundadores ya no estén. El equipo de esta iniciativa está conformado por Jesús Pimentel Melo, Sarita Khurana, Lucila Moctezuma, Christina Lizardi y Ladimer Haluke en la Junta directiva; Graciela Guerrero como Directora de programas y Adal Bencomo como Director de admisiones. Además de más de cincuenta personas desde mentores nacionales e internacionales hasta personal administrativo, de difusión, prensa, procuración de fondos, diseño e impresiones, cocina (deliciosa por cierto), limpieza. Todos trabajando de manera profesional, armónica y con una pasión que demuestra que en Michoacán sí se pueden tener proyectos culturales independientes con impacto mundial y que beneficien a todos los implicados.
Que cumplan muchos años más y que el Centro Multimedia Tzintzuntzan sea pronto una realidad tangible.
¡Enhorabuena a Cine Qua Non Lab!