Al campesino le estalló una narcomina cuando iba rumbo a su rancho; el estallido destripó a su caballo y él salió volando por los aires para quedar herido e inconsciente
Redacción / La Voz de Michoacán
Buenavista, Michoacán. En Tierra Caliente, una región marcada por la violencia y el miedo, los cárteles han encontrado una nueva forma de sembrar el terror: el uso de explosivos. Minas terrestres, colocadas en zonas rurales transitadas por ciudadanos inocentes, han convertido el paisaje en un campo minado, donde la muerte acecha en cada paso.
La prueba es Rutilio S., un hombre de 66 años de edad, originario de Las Paredes del Ahogado, en el municipio de Buenavista, que se suma a la larga lista de las víctimas inocentes de esta guerra sin cuartel.
Este domingo, mientras cabalgaba hacia su rancho, una fuerte explosión lo lanzó al suelo, dejándolo inconsciente. Cuando despertó, vio que su caballo yacía muerto a su lado, destripado por la fuerza del estallido.
Con heridas, Rutilio logró llegar a un hospital en Buenavista Tomatlán y posteriormente fue trasladado a una clínica en Apatzingán.
Afortunadamente, su vida no corre peligro, pero su historia es un testimonio de la delicada situación que vive la población civil en la Tierra Caliente.
Recientemente, el fiscal de Michoacán, Adrián López Solís, admitió que la violencia que hay en estas zonas ha obligado a que muchas familias prefieran desplazarse de sus hogares, huyendo de la guerra de los cárteles.
Mientras tanto, las autoridades estatales y federales intentan frenar esta violencia con despliegues operativos, pero la lucha es ardua y la población urge medidas eficientes para que haya tranquilidad en sus vidas.