Crooks disparó desde un tejado a 140 metros del escenario donde Trump hablaba para después ser abatido por agentes del Servicio Secreto
Redacción / La Voz den Michoacán
Washington, Estados Unidos. La Oficina Federal de Investigación (FBI) está investigando el intento de asesinato del expresidente Donald Trump por parte de Thomas Matthew Crooks, un joven de 20 años, quien actuó en solitario y no se identificó ninguna ideología que motivara el ataque. El caso está siendo tratado como terrorismo doméstico.
El teléfono móvil de Crooks fue enviado a un laboratorio para analizar su contenido. Lo que se sabe hasta el momento es que el joven trabajaba como asistente dietético en una residencia y clínica de rehabilitación en Bethel Park, cerca de Butler, Pensilvania, donde tuvo lugar el mitin de Trump. La administradora del centro, Marcie Grimm, declaró a CNN que Crooks “desempeñaba su trabajo sin problemas” y había pasado con éxito un examen de antecedentes.
Crooks era residente de Bethel Park y un republicano registrado que tenía la posibilidad de votar en las próximas elecciones presidenciales. Sin embargo, a los 17 años, donó 15 dólares a ActBlue, un comité que recauda fondos para políticos demócratas. Esta donación estaba destinada al Progressive Turnout Project, un grupo que anima a los demócratas a votar.
El FBI continúa investigando los antecedentes de Crooks en busca de respuestas. Su padre, Matthew Crooks, dijo a CNN que estaba esperando hablar con las autoridades antes de hacer comentarios sobre su hijo.
Excompañeros de Crooks en Bethel Park High School lo describen como un joven reservado e inteligente, más interesado en la construcción de ordenadores y los juegos que en la política. Recibió un premio de 500 dólares de la Iniciativa Nacional de Matemáticas y Ciencia al graduarse en 2022.
Un excompañero de clase también mencionó que Crooks sufría bullying y era un paria en la escuela. Aunque no se puede confirmar que esto haya influido en sus acciones, su aislamiento social es un aspecto destacado en los testimonios de quienes lo conocían.
Durante el ataque, Crooks disparó desde un tejado a 140 metros del escenario donde Trump hablaba para después ser abatido por agentes del Servicio Secreto. Cerca de su cuerpo se encontró un rifle AR-15 y en su coche, material para fabricar bombas.
El FBI no ha encontrado evidencia de problemas de salud mental en Crooks ni antecedentes penales o interacciones previas con las fuerzas del orden y se sabe que el rifle semiautomático que utilizó en el ataque fue adquirido legalmente por su padre.