La exposición permanecerá abierta al público hasta el fin de esta semana en el Centro Cultural NIDO, con entrada libre
Yazmin Espinoza, colaboradora La Voz de Michoacán
En una pequeña sala del Centro Cultural NIDO, las paredes se llenan de color, trazos libres, reinterpretaciones sorprendentes y, sobre todo, mucha imaginación. La exposición anual ArteSoy no es como otras muestras de arte: aquí, los artistas aún están aprendiendo a leer, a escribir... y también a mirar. Son niñas y niños de entre 4 y 11 años que participan en el programa educativo Arte Soy, impulsado por la creadora y gestora cultural Patricia Camacho, con la intención de acercar a las primeras infancias al arte y su historia de una manera lúdica, cercana y transformadora.
La exposición, que permanecerá abierta en las instalaciones del Centro Cultural NIDO, no solo muestra los trabajos finales del ciclo, sino que se convierte en una celebración del proceso creativo, del aprendizaje y de la curiosidad. A lo largo del año, los pequeños artistas exploraron los movimientos que transformaron la historia del arte como el impresionismo, el cubismo, el arte pop, y el expresionismo abstracto, y aprendieron a expresarse utilizando técnicas, estilos y materiales inspirados en grandes figuras como Monet, Van Gogh, Frida Kahlo, Picasso o Yayoi Kusama.
Durante la inauguración de la muestra, las familias, amigos y visitantes pudieron recorrer la exposición mientras los propios niños explicaban sus obras con un entusiasmo difícil de contener. Además, se entregaron reconocimientos a todos los participantes, así como menciones especiales para quienes concluyeron el recorrido completo por los libros y talleres del programa.
Y es que Arte Soy es mucho más que una clase de pintura para niños. Es una propuesta educativa que busca enseñar historia del arte desde una perspectiva accesible y respetuosa de las etapas del desarrollo infantil, validando desde el inicio la mirada creativa de cada niña y niño.
El proyecto comenzó hace ocho años como una iniciativa pequeña en una librería infantil donde, además de leer cuentos, también se daban clases de pintura. Con el tiempo Arte Soy evolucionó hacia un modelo pedagógico más sólido, que actualmente se basa en una serie de libros desarrollados por la propia Camacho. Cada uno de estos libros está enfocado en una corriente artística o técnica, con actividades prácticas y contenidos adaptados para la comprensión de los más pequeños.
Actualmente, el programa cuenta con al menos nueve libros: impresionismo, postimpresionismo, surrealismo, cubismo, arte pop, expresionismo, arte nouveau, artistas mexicanos, y collage. Cada libro se convierte en una puerta hacia un nuevo mundo visual y conceptual, en el que los niños no solo conocen a los artistas y sus obras, sino que también prueban sus métodos, juegan con sus formas, reinterpretan sus estilos y crean algo propio.
“La exposición de fin de curso de ArteSoy fue un evento realmente especial y emotivo”, cuenta Patricia Camacho. “Los niños se sintieron muy orgullosos al ver sus obras exhibidas, y fue hermoso ver cómo han crecido artísticamente a lo largo del programa. En Arte Soy, los niños exploran el trabajo de más de 96 artistas del arte moderno, descubriendo distintos estilos, técnicas y formas de ver el mundo, lo que les permite validar su propia visión y estilo”.
Y como cada fin de ciclo, el cierre no fue solo una exposición: fue una verdadera fiesta familiar. El evento incluyó un rally interactivo pensado para que las familias observaran las obras de arte con más detenimiento, jugando y aprendiendo juntos. Esta dinámica buscó cambiar la forma en que tradicionalmente se vive una exposición, haciéndola más cercana, más activa, más dialogante. Porque mirar una pintura también puede ser una aventura compartida.
Para muchas de las niñas y niños participantes, este fue el primer contacto con una exposición de arte y también su primera participación como artistas expositores. Ver sus trabajos colgados en muros reales, junto a etiquetas con sus nombres y explicaciones sobre sus procesos creativos, fue un momento que no solo honra su esfuerzo, sino que siembra una semilla duradera en su percepción del arte y de sí mismos.
“Fue un cierre de año en el que reconocimos a quienes completaron el programa, y también tuvimos la oportunidad de ver los cuadros en acrílico de las niñas que ya han avanzado aún más con asesorías personalizadas”, explica Camacho, refiriéndose a las alumnas que, tras varios ciclos, ya trabajan en obras más complejas y en técnicas avanzadas.
ArteSoy demuestra que el arte no tiene edad para empezar a vivirse con profundidad. Que una niña de cinco años puede sentirse identificada con las manchas de color de Jackson Pollock, o que un niño de seis puede reimaginar a los alebrijes con la estética de Warhol. Pero también muestra que cuando el arte se enseña con sensibilidad y juego, se vuelve una herramienta poderosa para formar personas más libres, curiosas y empáticas.
La exposición permanecerá abierta al público hasta el fin de esta semana en el Centro Cultural NIDO, con entrada libre. Más allá del cierre de curso, ArteSoy sigue creciendo como proyecto pedagógico, como comunidad creativa y como espacio donde las infancias también tienen algo que decir, y muchas formas de decirlo.