La policía brasileña revelo el plan para asesinar al mandatario Luiz Inácio Lula da Silva.
La policía brasileña rebelo con detalles del plan para llevar a cabo un intento de asesinato contra mandatario Luiz Inácio Lula da Silva, al que se incluían militares de élite, armamento de guerra y hasta el uso de agentes químicos, según un informe oficial.
El magnicidio, que también pretendía acabar con las vidas de ese entonces el vicepresidente electo, Geraldo Alckmin, y el juez de la Corte Suprema, Alexandre de Moraes, instructor de la causa, se debatió entre noviembre y diciembre de 2022, tras la victoria electoral de Lula frente al hoy expresidente Jair Bolsonaro.
Los sospechosos utilizaron una táctica como la de la exitosa serie ‘La Casa de Papel’, donde se pusieron nombres de países (Japón, Alemania, Austria, Argentina, Brasil y Ghana) para conservar su anonimato y también les dieron apodos a sus objetivos. A Lula lo llamaron ‘Jeca’ y a Alckmin, ‘Joca’.
Pero fallaron en el intento de asesinato el cual se estaba elaborando en los despachos y en las calles de Brasilia, con la idea de llevar su plan a cabo el 15 de diciembre de 2022, dos semanas antes de la investidura de Lula, y mantener así en el poder a Bolsonaro.
Dejaron todo escrito en documentos y mensajes que la Policía logro recuperar tras dos años de indagaciones, este plan que parecía de película de ficción que fue bautizado como ‘Puñal Verde Amarillo’, en alusión a los colores de la bandera brasileña.
El exmandatario ultraderechista es uno de los 37 denunciados por la Policía por intentar un golpe tras las elecciones de 2022, en lo que también se encuentran figuras militares de alto rango y antiguos ministros.
A lo que las autoridades señalaron que el general de la reserva Mario Fernandes, que en ese entonces tenia el puesto de secretario ejecutivo de la Secretaría General de la Presidencia, como el creador del plan que se estaba llevando a cabo.
El brazo ejecutor sería un grupo de ‘kids pretos’ (chicos negros), la cual es una fuerza de élite del Ejército, quienes los integrantes reciben esa denominación ya que ellos portan gorras de color negro, a lo que algunos ya de estos ‘kids pretos’ fueron detenidos la semana anterior, junto con Fernandes, que entre los presuntos golpistas también había un infiltrado en la seguridad de Lula, según las afirmaciones de la policía.
El documento que describía el frustrado magnicidio, se imprimió en dos ocasiones en el Palacio de Planalto, sede de la Presidencia, y «aprobado» por el general retirado Walter Braga Netto, quien llevaba el puesto de ministro de la Presidencia y de Defensa de Bolsonaro, en una reunión realizada en su residencia el 12 de noviembre de ese año.
En este encuentro contó con la participación de al anterior edecán de Bolsonaro, el teniente-coronel Mauro Cid, en que dicha se reunión se discutieron «todas las medidas necesarias» para «intentar impedir la investidura» de Lula y desde ese punto «comenzaron a implementar la logística» para llevar a cabo su plan.
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La lista en las que decían los equipamientos necesarios que utilizarían para llevar a cabo el plan se encontraron en un pendrive de uno de los implicados. En su interior había una planilla titulada ‘Desenho Op Luneta.xlsx’.
Varios apartados con todas las demandas a ser cubiertas, en el cual se detallaban la realización de los hechos, por ejemplo, un programa de monitoreo para De Moraes, que incluye los desplazamientos y los horarios del entonces jefe del Tribunal Superior Electoral.
Los materiales que utilizaron han sido, «seis teléfonos celulares con chips de la operadora TIM», chalecos antibalas y un auténtico arsenal de guerra.
También tenían programado utilizar cuatro pistolas y cuatro fusiles de calibres que normalmente utilizan las fuerzas de seguridad del país, pero llamo bastante la atención a los investigadores fue que tenían previsto usar «una ametralladora ligera M249», «un lanzagranadas 40 mm” y hasta “un lanzacohetes AT4”, para poder con los vehículos blindados y estructuras fortificadas.
Los documentos encontrados también describen la posibilidad de asesinar a Lula y Alckmin con «el objetivo de extinguir la fórmula que venció el pleito de 2022».
Para la ejecución de ‘Jeca’ (Lula), los investigados sugieren «la posibilidad de envenenamiento o el uso de agentes químicos para provocar un colapso orgánico, teniendo en cuenta su vulnerable estado de salud y sus frecuentes visitas al hospital».
La Policía por el momento no ha conseguido identificar quién era ese tercer objetivo, pero su «neutralización desarticularía los planes de la izquierda más radical», según los golpistas, que también planificaron un plan de fuga al extranjero para el propio Bolsonaro.
Fuente: LÓPEZ-DÓRIGA