Akelarre
Hoy más que nunca toma relevancia reconocer quiénes somos, qué hacemos y dónde estamos. Solo así podemos integrar verdaderas cadenas de valor, desde la producción hasta la proveeduría, bajo una poderosa premisa: Hecho en México.
El mundo vive un reacomodo geopolítico y comercial sin precedentes. La estabilidad de los acuerdos internacionales se tambalea y las reglas del comercio global están cambiando. Quien hoy dinamita el orden mundial es, paradójicamente, nuestro vecino más influyente y aún una de las principales hegemonías económicas. México debe prepararse y la mejor forma de hacerlo es fortaleciendo nuestras propias capacidades, reconociendo en nuestro territorio y en nuestra gente las mejores alianzas comerciales.
Por eso no paro. Recorro Michoacán todos los días con una convicción firme: esta coordinación no puede ser de escritorio, debe ser integradora y transformadora. Hace unos días estuve en la Ciénega, con fábricas familiares que están listas para dar el gran salto hacia convertirse en industrias generadoras de cientos de empleos. Al día siguiente, concretamos un acuerdo con CANACINTRA para que refuercen el programa federal de certificación de la Secretaría de Economía, promoviendo con fuerza el sello Hecho en México.
Poco después me reuní con empresarios de la Tierra Caliente para fortalecer la industria de transformación de alimentos básicos y dar paso a derivados de mayor valor agregado, que posicionen a Michoacán en nuevos mercados nacionales e internacionales.
Hoy ya estamos organizando la participación de más de 20 productores y empresarios michoacanos en la feria agroalimentaria más importante del país, que este año tendrá lugar en Mexicali y Baja California. Allí, Michoacán mostrará con orgullo su potencia productiva y su visión de futuro.
No podemos detenernos. México necesita servidores públicos que actúen, se vinculen y faciliten. Como bien lo ha dicho el secretario Marcelo Ebrard, debemos ser agentes que potencien la economía en cada rincón del país. En Michoacán lo estamos haciendo con trabajo, cercanía y visión.
Les invito a seguir construyendo juntos. Porque cuando reconocemos nuestro valor, nuestra capacidad y nuestra tierra, no hay límites. Michoacán estará a la vanguardia, con orgullo y con fuerza.