El excapo de 72 años de edad fue ingresado la mañana de hoy al Hospital Adolfo López Mateos desde el Centro Federal de Readaptación Social del Altiplano, donde se encuentra recluido desde 2022
Redacción / La Voz de Michoacán
El narcotraficante Rafael Caro Quintero, exlíder del Cartel de Guadalajara en los años 80, abandonó esta madrugada las instalaciones del Centro Federal de Readaptación Social número 1, Altiplano, en Almoloya de Juárez, Estado de México, para ser trasladado a un hospital en la capital de esa entidad en donde será sometido a una cirugía.
Fuentes del Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social (OADPRS), de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), informaron que en el traslado se contó con la colaboración de elementos del Ejército Mexicano y de la Guardia Nacional.
De acuerdo con los reportes, el narcotraficante fue ingresado al Hospital Adolfo López Mateos, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en la ciudad de Toluca, en donde será intervenido en una cirugía de próstata.
Caro Quintero fue trasladado en un vehículo blindado de la Guardia Nacional hasta el nosocomio, en donde permanecerá una custodia de elementos de la Defensa Nacional durante su estancia en el hospital.
Ya en enero del presente año, Caro Quintero fue trasladado al mismo hospital público para ser sometido a una serie estudios relacionados con su padecimiento prostático, para programar la operación a la que se someterá en las próximas horas.
El exlíder del Cartel de Guadalajara fue reaprehendido el 15 de julio de 2022, durante la administración del expresidente Andrés Manuel López Obrador, luego de que permaneció nueve años prófugo, vinculado al asesinato del agente de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), Enrique Camarena Salazar.
Caro Quintero fue detenido en 1985 y el 9 de agosto de 2013 un Tribunal Colegiado en Materia Penal del Tercer Circuito ordenó su libertad, al resolver que debía ser juzgado por el fuero local y no federal, por lo que abandonó la prisión estatal de Puente Grande, en el estado de Jalisco.