Morelia, Michoacán, 17 de septiembre de 2024.- Vista panorámica
¡Cómo quisiéramos creer en el proyecto de la 4T! . lo pintan maravilloso pero es un mundo de fantasía y de buenos deseos, de un individuo que pierde el sentido de la realidad. El México que ellos pintan es el más bello, como el sistema de salud que supera al de Dinamarca. Ayer hicimos una colecta para un niño enfermo de cáncer, porque no hay para él el medicamento en los hospitales. Una amiga espero en vano en el IMSS una hemodiálisis, sólo se la prometieron, le dieron de alta, la mandaron a morir en su casa humilde de la Montaña.
Es un poder presidencial que gobierna sobre y sin el pueblo, no escucha, se impone.
Gobierna para una parte del pueblo a la que tiene sumisa con el interés de una limosna. No es todo el pueblo, es una pequeña minoría que tiene el control y que hace mucho ruido.
En el país no se protege la vida humana sino a los criminales que se aprovechen de los “abrazos y no balazos”. Muere un agente policiaco atendiendo una riña callejera.
El país se hunde en el fracaso de los programas, los pobres quedan sepultados en los derrumbes por las lluvias en el país no atienden los problemas, sólo los procesos electorales y las imposiciones autoritarias.
¿En dónde están la flamante Guardia Nacional y todas las fuerzas del orden público? Los grupos criminales y del narco siembran el terror y la muerte con armas de alto poder: Sinaloa, Chiapas, el valle de Apatzingán. Todos los días muchos hermanos son abatidos por las balas, ni siquiera figuran en las Mañaneras.
Para qué sirven los desfiles, en las fiestas patrias con la Banda del Recodo y la gran alharaca de las reformas para acabar con la democracia y su división de poderes para introducir novedades que no van a la raíz del problema y vana dejar que continúen los abusos ahora bajo el único poder del Ejecutivo,
Reforma y política construidas sobre el vacío de la verdad y de los grandes valores como la honestidad, no pone la persona humana en el centro como valor primero, y todos los valores que fundan la convivencia humana.
Se fundan sobre el capricho, el deseo y las ideas disparatadas.
México evoluciona con un ritmo vertiginoso, en la gran evolución planetaria impulsado por la industrialización, las filosofías contemporáneas y últimamente por las tecnologías, principalmente digitales que revolucionan la comunicación y toda la vida.
La vida pública, elección de autoridades ha evolucionado y conoce manifestaciones del dominio público. La evolución se concreta en México. El gobierno actual propone la 4T, forma concreta de la Cuarta Teoría Política, que es un movimiento planetario con el populismo. Buscan su lugar en este movimiento y adoptan su terminología y su ideología.
La luz de lo alto
El proyecto grandioso de Andrés Manuel y la 4T no es una idea original de Andrés Manuel. Los términos, la nomenclatura son una aplicación, como un plagio de la Cuarta Teoría Política, de cuño y movimiento internacional. Hay que leer a Alejandro Dugin, la Cuarta Teoría Política. La aplicación a la historia es una extrapolación rudimentaria que hace Andrés Manuel, científicamente por ningún lado, subrayando la etapa definitiva que se debe a él, “el más grande presidente de la historia” como le llaman sus incondicionales adulando enajenados. Las transformaciones no son las que él dice, ni siquiera el número, hay grandes transformaciones como la formación de un pueblo mestizo después de la conquista, la adopción del catolicismo como señala Octavio Paz, la obra de civilización de la Iglesia Católica en la colonia.
México tiene un sustrato religioso, cultural, sociopolítico rico y profundo. No podemos ignorarlo y andar flotando tras de modas e ideologías importadas sin reflexión crítica, seria no podemos ignorar los arquetipos poderosos y profundos que subyacen en el inconsciente colectivo.
No podemos tirar estas riquezas como ignorantes, irresponsables, iluminados y fanatizados.
Podemos rescatar una cosmovisión con fundamentos sólidos de valores y principios.
El primer valor es Dios, la roca firme que da solidez al universo, al país, a los pueblos y a los individuos. México es un país creyente, con sus raras excepciones, como una mujer que se profesa agnóstica, que no cree en nada , sin raíces, con influencias extranjeras. Fluctuante o calculadora se acerca al Papa y se arropa de signos religiosos, guadalupanos, perros a la población mexicana, de signos religiosos extranjeros sin raíces, lo que le interesa es aparecer y hacer creer como cálculos políticos.
Dios, entendido correctamente, es una roca inconmovible. Da una sabiduría altísima. Afirma Benedicto XVI que los grandes problemas sólo se entienden plenamente a la luz de Dios que es la verdad. Da una seguridad inconmovible de muralla, de fortaleza inexpugnable. Sin Dios, tantas personas vamos flotando como hoja al viento.
En Dios se encuentran los más grandes valores: la verdad universal, por encima de opiniones fluctuantes, brillantes por novedosas. Se encuentra el Bien Común de todos los mexicanos y se desenmascaran los bienes particulares, sectarios, engañosos como el poder egoísta y la riqueza acumulada por el que se envenena la convivencia, se pierde la paz en el caos de destrucción y muerte.
Sin Dios, los hombres enloquecen por el poder autoritario y egocéntrico, mentiroso y populista que construyen la República de la mentira, un ente hueco.