El artesano expresa que este gran oficio le dio una buena vida en su familia, a su señora esposa, quien también falleció y a sus tres hijos, de los cuales, solo uno vive
Morelia, Michoacán; 15 de octubre de 2025.- El tallado de lápidas es un oficio en el que se da muestra del arte después de la muerte y resguarda el recuerdo de las familias hacia sus seres queridos.
Fermín Ramírez Lemus, dueño del “Taller de Monumentos Ramírez”, quien desde que tenía 15 años de edad ha trabajado el mármol, comenta que él y su hermano fallecido siguieron el ejemplo de su señor padre, quien les enseñó el trabajo de estas piezas.
“Bueno, había unos talleres antes aquí, yo estaba jovencito, y empecé a trabajar en ellos, y ya duré ya como unos 20 años; empecé a trabajar como de 15 años y duré unos 5 años. Mi hermano me dijo “vamos a hacer un taller y todo”, porque alquilábamos, “vamos a hacer un taller, vamos a poner un taller y a ver cómo nos va”; y así nos fuimos, así nos fuimos al pasito, y ahora aquí estamos. Mi hermano falleció, era el taller de todos los dos; pero sus hijos dijeron que querían hacer su negocio; y ya empecé yo solo con mis hijos y ahí estamos estamos trabajando”, declaró Fermín.
El artesano comenta que se utilizan diferentes tipos de materiales, como mármol, grano natural o procesado. Realizando entre floreros, esculturas religiosas, y más.
Comparte que este gran oficio le dio una buena vida en su familia: a su señora esposa, quien también falleció; y a sus tres hijos, de los cuales, solo uno vive.
“Me casé. Ahorita ya a estas alturas fallecieron dos de mis hijos y mi esposa; y aquí estoy solo. Tengo otro hijo aquí, es el que está haciéndome el favor de estar dándome la comida y así. Aquí estamos”, expresó.
Aclara que actualmente la venta de monumentos de mármol ha disminuido en gran medida, debido a que hay muchos negocios que se dedican a lo mismo. Por lo que se ha buscado tener precios llamativos para la gente, pero sin que se vea afectada la mano de obra y todo lo que se invierte para realizar las piezas.
“Demasiado ha disminuido, aquí tengo mis trabajos, mis monumentos, no los he vendido los tengo aquí, a ver hasta que Dios me socorre. Porque todos los clientes ya vienen y preguntan aquí, preguntan allá, en todos los talleres donde les dan más barato; donde se acomodan. Y muchas veces nadie se fija el trabajo, sino en el precio”, señaló.
En el tema de los precios, Fermín comparte que tiene piezas desde las más sencillas hasta las más elaboradas. Las más baratas van desde los mil 500 pesos, ya grabadas; y lápidas grandes y de mayor detalle, se venden hasta en 15 mil pesos.
Expresa que cada que llega un cliente nuevo, trata de darle precios totalmente accesibles, debido a que son personas que acaban de perder a un ser querido y cubrieron grandes gastos por el funeral.
“Ayer vi a una señora y me dijo “no tengo dinero ahorita, ayúdeme”; yo le dije que sí le iba hacer el trabajo y que después me lo pagaba como pueda, para que sea más cómodo para la gente. ¿Qué más podemos hacer? No hay que ponerse necios, vamos a trabajar bien y ayudarnos unos a los otros”, precisó.
Fermín Ramírez Lemus, dueño de “Taller de Momumentos Ramírez”, ubicado sobre la calle Arnulfo Ávila (a unos metros de la entrada del Panteón Municipal de Morelia), comparte que continuará realizando este gran oficio hasta donde la vida se lo permita, expresando que es un trabajo que le apasiona y despierta toda su creatividad.