Morelia, Michoacán, a 21 de abril de 2024.Marcelino, de 61 años, vende helados, paletas y bolis en las cercanías del quiosco del Bosque Cuauhtémoc, ante un clima de total calor, lo que ha sido de beneficio para su pequeño negocio.
«Llevo aquí unos diez años. Esta temporada está dura, y como soy diabético, por el calor, se me baja la presión. Con una paleta o un boli me compongo. Yo vendo nieves, mordiscos, bolis, paletas. El boli viene en bolsita, y se vende mejor, más que nada con los niños”, indicó el vendedor.
Con sabores de vainilla, chocolate, chicle, coco, limón, grosella, chamoy y uva, Don Marcelino trabaja seis días a la semana. “Estoy aquí todos los días, excepto los sábados, porque aprovecho para lavar mi ropa y descansar. Dicen que el trabajo está fácil, aquí no me piden ningún papel, nada más me dicen que le eche ganas. Si no trabajas, no ganas”, aseguró.
Diariamente, gana en el mejor de los casos, un aproximado de $280 a $350. “He ganado recientemente $700, pero me quedo la mitad. El resto va para la patrona. Nuestras ventas son más que nada en las primarias. De suerte, a veces hay buena venta”, finalizó.
Ante el caluroso clima, la compra de estos productos refresca el cuerpo, con base en las altas temperaturas, así como la convivencia en familia para adquirirlos en conjunto.