Confirmó que su trabajo en esta película es excelente, ya que fue galardonado con el Ojito al Mejor Actor de Largometraje Mexicano
Erandi Avalos, colaboradora La Voz de Michoacán
Ser actor en México es una profesión que requiere no sólo tener talento y disciplina; también implica un profundo acto de fe en que ese oficio te dará de comer, y un gran amor por la comunicación y conexión a través del arte. Un buen actor entrega, presta, su cuerpo y alma para encarnar a esos seres que son de este mundo y a la vez de otros mundos: los personajes. En ese sentido, ser actor-artista es algo bastante cercano a ser un médium.
En la más reciente edición del Festival Internacional de Cine de Morelia tuve la oportunidad de ver magníficas películas, todas con repartos de primera. Una de las que más expectativas me causó, incluso desde su rodaje, fue En el camino (2025), dirigida por David Pablos. Porque el director es muy bueno y porque uno de sus protagonistas es Osvaldo Sánchez, un actor que conocí en pantalla por primera vez como “Jacinto” en la ópera prima de Gerardo Dorantes Correr para vivir (2024). De inmediato me impactó.
Su fuerza, la entrega total a la interpretación, a sus compañeros de reparto. El respeto a las indicaciones del director en perfecta armonía con la libertad creativa que él imprime, hacen de él un actor que cualquier director quisiera tener en sus películas. Participó también en Pedro Páramo (2024), bajo la dirección de Rodrigo Prieto y en este caso el reto mayor fue dar presencia a un personaje que no tiene diálogo, que existe de manera casi fantasmagórica.
Este actor, nacido en Mexicali, se hizo desde pequeño hermosillense de corazón. Formado en la Universidad de Sonora, es un actor de teatro con más de dos décadas de experiencia, que comenzó en 1999 en el Programa Nacional de Teatro Escolar (para que vean los políticos que esos programas son importantes y necesarios: hay que apoyarlos). Es miembro de la Compañía Teatral del Norte, dirigida por Sergio Galindo.
En teatro, ha participado en más de setenta puestas en escena como actor, iluminador, escenógrafo y director y ganó el premio a mejor actor durante el Festival Internacional de Teatro Universitario (FITU) de la UNAM en el 2011 por la obra Arlequino. Su gran capacidad perceptiva y su confianza en la gente, en la vida y en el arte, lo han formado a la par de su preparación académica y profesional. Osvaldo es un hombre que ha vivido muchas vidas y que tiene una capacidad tremenda de adaptación en la escena y en la vida, y de vincularse con cualquier persona en cualquier circunstancia. Eso ha enriquecido su oficio y es eso lo que vemos en sus actuaciones: humanidad.
Tuvo presencia en el FICM en el 2017, con el cortometraje Loving South de Oliver Rendón. Ahora, regresa con una madurez notoria y con este largometraje En el camino, ya premiado este año en la sección Orizzonti del 82 Festival Internacional de Cine de Venecia, así como el premio Queer Lion.
Nada mal, ¿cierto? Así que su paso por esta edición del FICM, confirmó que su trabajo en esta película es excelente, ya que fue galardonado con el Ojito al Mejor Actor de Largometraje Mexicano, con una particularidad que es importante mencionar: no es tan común que este reconocimiento se otorgue a dos personas a la vez, pero para que En el camino sea lo que es, fue necesario que los dos protagonistas se fusionaran (literal).
Así que por este trabajo el reconocimiento fue entregado a Osvaldo por su papel como “Muñeco” y también a su colega coprotagonista Víctor Prieto, que interpreta a “Veneno”. A este joven, que ha sido la revelación actoral del año, hay que seguirlo con lupa porque promete también una gran carrera.
La dupla sostiene la historia con una fuerza interpretativa y una sensibilidad tan natural que conmueven y permiten entrar a la historia exentos de prejuicios. Osvaldo y Víctor no solo compartieron un premio; compartieron una forma de mirar el mundo desde la herida, desde el silencio, desde la soledad que encuentra en el otro un refugio. Entre ambos personajes se tejió una historia tal como ocurre en la vida: casi casi “sin querer queriendo”.
En el camino, ocurre en el mundo de los traileros pero habla de muchas cosas: paternidad, abandono, redención, violencia, amor. La preparación para el rodaje implicó una inmersión total. Osvaldo convivió con camioneros, durmió en cabinas y aprendió a manejar tráileres por largas jornadas. Así hace en cada papel, en cada proyecto: entrega todo.
Osvaldo no estuvo presente para recibir el premio, porque ya está rodando su siguiente papel en una nueva película sonorense, pero estuvo muy bien representado por Víctor, quien leyó su discurso. Aquí un fragmento en el que Osvaldo expresa su movitación para actuar: “Hago esto porque creo en el arte como un portador de conocimiento, para erradicar nuestra ceguera, nuestra ignorancia, que no permite ver los lazos fraternos que hay en cada uno de nosotros, y porque creo en que nuestra verdadera naturaleza es amar”.
Recordemos siempre amar y disfrutar nuestro paso por esta ruta incierta en donde todos, de algún modo, seguimos en el camino.
Erandi Avalos, historiadora del arte y curadora independiente con un enfoque glocal e inclusivo. Es miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte Sección México y curadora de la iniciativa holandesa-mexicana “La Pureza del Arte”. erandiavalos.curadora@gmail.com