Morelia, Michoacán
Los cohetones estallan al paso del contingente, mientras los vecinos se asoman temerosos por las ventanas de sus viviendas. Los normalistas han vuelto a las calles de Morelia por segunda vez esta semana.
Decenas de establecimientos comerciales sobre Calzada La Huerta han sido vandalizados. Palacio de Justicia tampoco escapó a la furia de los manifestantes, muchos de ellos provistos de palos y piedras.
La mayoría oculta el rostro con paliacates y cubrebocas para esconder su identidad. Piden “alto a la represión”. No hay vigilancia policiaca a su paso, no hay obstáculos que les impida desplazarse a sus anchas por la Madero hacia el centro de la ciudad.
Automovilistas “huyeron” de las inmediaciones del Obelisco y de la Madero, la principal arteria del Centro Histórico. Les dejaron cancha libre a los futuros profesores que caminan rumbo a su mitin.
La marcha ha alterado la tranquilidad citadina, a dos días de que inicie el Festival Internacional de Cine en Morelia. Una novia vestida con la gala para su ceremonia sorteó al grupo de normalistas y literalmente corrió con los zapatos blancos en la mano, mientras alguien le facilitaba unos tenis para salir del apuro.
A las 18:00 horas, a unos metros de Palacio de Gobierno un grupo de normalistas, ya sin piedras ni palos en las manos, inicia un diálogo breve con autoridades estatales, mientras la sede del Poder Ejecutivo es resguardada por decenas de policías.
El templete está preparado para el mitin.