Ciudad de México

Por no alcanzar el 3 por ciento de la votación nacional en el proceso electoral del 2 de junio, la Unidad Técnica de Fiscalización del Instituto Nacional Electoral (INE) notificó al Partido de la Revolución Democrática (PRD) que perdió su registro como partido político después de 36 años de historia.

En el documento se le informa a la formación liderada por Jesús Zambrano que entra en “fase de prevención”, la cual va desde que el Consejo General del INE valida los cómputos hasta que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación declara firme o revierte ese acuerdo.

El PRD ronda el 2,43% de las votaciones en los cómputos distritales, pero confía en la revisión de los resultados para arañar su registro.

La Sala Superior del TEPJF tendrá hasta agosto para resolver las impugnaciones que presentará el partido del Sol Azteca en los 300 distritos electorales, en tanto que la Comisión de Fiscalización realizará la próxima semana en una sesión pública un sorteo con el que elegirán al interventor que se hará cargo de la liquidación.

Los candidatos a esta tarea son expertos en concursos mercantiles y el ganador estará a cargo de la vigilancia del uso y destino de los recursos y bienes del PRD desde el periodo de prevención hasta su liquidación.

En los próximos meses los perredistas seguirán recibiendo su financiamiento público por un monto de 39 millones 377 mil 785 pesos mensuales y con ello podrán hacer gastos mínimos para el pago de personal, impuestos y gastos de mantenimiento, pero los gastos deberán ser autorizados por la Unidad Técnica de Fiscalización del INE.

En caso de que la Sala Superior conforme la desaparición de esta fuerza política, entrarán en fase de liquidación, la cual podría ir de meses a años.

El partido no tendrá derecho a plurinominales en el Senado de la República ni en la Cámara de Diputados; aunque tendrán dos senadores y un diputado de mayoría. Podrá mantener el registro como partido local en los estados donde obtuviera un porcentaje mayor al 3% y donde postulara a candidatos propios en los últimos comicios anteriores, según la norma.

De concretarse su desaparición, la formación, un remanente histórico de la izquierda en México, ha adelantado una “refundación”, con otro nombre, y la intención de abrirse como una opción ciudadana.