Morelia, Michoacán

Con 43 años de carrera en el Poder Judicial, en donde fue desde meritorio hasta presidente del Supremo Tribunal de Justicia en Michoacán, Juan Antonio Magaña de la Mora – desde la posición de su reciente retiro voluntario como magistrado – dice que la reforma judicial, la cual plantea la elección de jueces, magistrados y ministros por voto popular, no debe generar tensión o sorpresa.

“Yo fui juez a los 21 años (…) Por eso hay que ver cómo se lleva a cabo el debate, pero no cerrarnos al tema de un cambio, porque todas las instituciones se deben modificar”, sostiene el también exprocurador de Justicia (2005-2008), excandidato a Gobernador (2021) y, a partir de septiembre de este 2024, diputado local del PVEM por la vía plurinominal, en entrevista con Primera Plana MX.

¿Cómo estás visualizando la reforma al Poder Judicial y sobre todo la elección de jueces y magistrados por voto popular?

Es un tema que vengo analizando muy puntualmente. Es cierto que ya hay una iniciativa, pero todavía no está acabada y en este momento hay nueve foros en el país donde se está debatiendo este tema. Los ministros de la Suprema Corte ya acudieron a las mesas de trabajo del Congreso de la Unión, donde hicieron sus planteamientos, y también es importante el debate que se haga en la Cámara de Diputados y en la de Senadores.

Si llegara a transitar el tema de la elección por votación, la propia ley plantea el que sea un organismo que sustituya al Instituto Electoral, organismo que hoy no existe. Habría que valorar también cómo sería la elección para jueces y magistrados, porque los distritos judiciales no corresponden a los distritos federales. No debe tampoco llamarnos la atención el que haya un planteamiento general de que haya un cambio, porque estamos conscientes de que debe haber un cambio; el tema es cómo se hará ese cambio.

¿No debe de asustarnos entonces que esta elección se resuelva en las urnas?

No es la primera vez que se hace este planteamiento y, si desde la propuesta para ser votados se pone una serie de requisitos y candados de cómo nos gustaría que fueran los juzgadores, el voto sería sobre la persona, pero todos tendrían características importantes para ser juzgadores. Por eso es importante ver cómo se da el debate; lo importante es el cómo, no el ver si se hace o no se hace.

Hace 100 años ya había planteamientos de que la elección de jueces fuese a través del voto popular, pero no transitó. Hubo voces que decían que, para el momento en que se encontraba México en ese momento no era lo indicado, porque el tema de la elección de jueces se iba a hacer sobre emociones y no sobre capacidades.

¿Esa reflexión no aplica actualmente también?

Habría que hacer un estudio, porque hoy la gente es más analítica, sabe la función del juez y podría decidir por quién quiere ser juzgado. Yo siempre pregunto eso, ¿por quién quiere la gente ser juzgada?

Dice Norma Piña que el riesgo es que lleguen los más populares y no los más capaces…

Si no se hace con candados podría haber esa problemática. Y también se ha manejado mucho el tema de la edad para ser juzgador, y yo digo que eso no es suficiente (para desacreditar a los aspirantes), porque en muchos casos aquí en Michoacán y otros estados, llegamos a acceder a ser jueces desde muy jóvenes, claro, ya con la experiencia de haber tenido otros cargos dentro del Poder Judicial. Yo fui juez a los 21 años y creo que llegué con conocimientos para poder realizar esa función. Ya había terminado la carrera, ese fue el primer requisito. Por eso hay que ver cómo se lleva a cabo el debate, pero no cerrarnos al tema de un cambio, porque todas las instituciones se deben modificar, de acuerdo a cómo se va modificando también la sociedad.

¿No pesa la presión de la marca 4T para manifestar una postura a favor y a ciegas sobre la reforma?

No deben de pesar las marcas, porque la identidad y las plataformas de cada partido son propias desde su creación de cada uno de ellos. Hay alianzas de los candidatos para sumarse en las estrategias electorales, pero cada uno de los partidos pueden enriquecer estas propuestas ya en el debate. Nadie deberíamos estar cerrados a que haya un cambio, pero hay que ver el cómo; no es sólo decir si están de acuerdo o no, sino decidir cómo se hará, porque estamos hablando de una de las reformas más trascendentales en la estructura del Poder Judicial en los últimos años.