Su aporte más destacado, fue la transcripción completa de la Relación de Michoacán, en ese entonces conocido como “Códice Escurialense”
Dante B. Martínez Vázquez, colaborador La Voz de Michoacán
Este próximo 6 de diciembre, se van a cumplir 166 años del natalicio del célebre médico michoacano Nicolás León Calderón, cuya pasión por la historia, lo llevó más allá de las ciencias médicas, para convertirse en uno de los grandes pilares del desarrollo de la antropología y la arqueología en México, además de que su obra es la base que cimentó el surgimiento de la compresión de los pueblos originarios del estado de Michoacán.
Nacido en Quiroga, Michoacán, un 6 de diciembre de 1859, Nicolás León destacó desde joven por su disciplina intelectual y su inclinación hacia las ciencias naturales. Estudió Medicina en la ciudad de Morelia, en la entonces Escuela de Medicina del Estado de Michoacán incorporada al Colegio de San Nicolás, donde su curiosidad por el pasado indígena lo llevó a combinar la práctica médica con el estudio de la arqueología, la etnografía y la paleontología humana. Su labor como investigador lo colocó entre los pioneros en el análisis científico de restos óseos prehispánicos y en la clasificación de culturas antiguas del territorio nacional, donde surgió su curiosidad y pasión por investigar el pasado remoto de Michoacán.
Fue así que, a través de adentrarse en los campos de la antropología, dio el salto hacia la arqueología, en donde fue pionero en las excavaciones de las ruinas de la antigua ciudad de Tzintzuntzan, capital del imperio tarasco. A partir de ahí, Nicolás León, volcó su vida al entendimiento de la cultura tarasca y demás pueblos originarios de Michoacán.
En 1886, presentó la iniciativa de creación de un museo al entonces gobernador de Michoacán, Mariano Jiménez, concretándose dicha propuesta, surgiendo así el Museo Michoacano (hoy Museo Regional Michoacano) ubicado en lo que fue la casa del magnate vallisoletano Isidro Huarte, y convirtiéndose Nicolás León en su primer director.
Fue a través de esta iniciativa, que se logró consolidar la primera gran colección arqueológica del estado de Michoacán, que incluyó piezas de lugares como Tzintzuntzan, Huetamo, Uruapan, Tuxpan, entre otros. Además de que también al museo llegaron códices o lienzos antiguos indígenas del período virreinal, así como una vasta cantidad de obras de arte virreinales y objetos de alto valor histórico.
A lo largo de su carrera, ejerció como profesor, director de museos y miembro destacado de instituciones científicas, entre ellas el Museo Nacional y la Academia Nacional de Medicina. Publicó cientos de artículos y monografías sobre historia, lingüística, medicina tradicional, arqueología y antropología, convirtiéndose en una referencia indispensable para el estudio del México precolombino. Su trabajo meticuloso, respaldado por exploraciones de campo en varias regiones del país, permitió recuperar, organizar y documentar piezas fundamentales del patrimonio cultural mexicano.
No obstante, se podría decir que bibliográficamente su aporte más destacado, fue la transcripción completa de la Relación de Michoacán, en ese entonces conocido como “Códice Escurialense”; si bien este documento ya había sido reportado con anterioridad, a raíz de que Brinton le notifica a León Calderón la existencia de este, fue que utilizó una copia –que en su momento había mandado a hacer Peter Force– y utilizando dicho manuscrito, en 1888 realizó una transcripción que quedó en el Museo Michoacano y que se publicó en 1903 en la ciudad de Morelia, siendo de esa manera, la primera vez que de forma pública veía a la luz la Relación de Michoacán, considerado como el documento más importante para entender la historia del antiguo imperio tarasco.
El doctor León Calderón murió en 1929 dejando un legado vastísimo, que aún hoy es reconocido por especialistas de diversas disciplinas. Nicolás León Calderón no solo contribuyó a la profesionalización de la investigación antropológica en México, sino que también abrió un diálogo duradero entre la ciencia, la cultura y la identidad nacional.
Dante Bernardo Martínez Vázquez, es licenciado en Arqueología por la ENAH, licenciado en Historia por la IEU y Maestro en Historia por la UMSNH. Ha trabajado con la Universidad de Arizona, la ENAH, el INAH y la UMSNH. Es miembro de Mechoacan Tarascorum.