Explorando las causas y soluciones para la mortalidad infantil en México, la cual ha tenido fluctuaciones alarmantes en años recientes
Edomex.- El trágico deceso de al menos 13 niños en hospitales del Estado de México por una infección bacteriana adquirida en las instalaciones médicas resalta las carencias del sistema de salud y de la política social en México. Es crucial que se tomen medidas para prevenir futuros incidentes y asegurar el derecho a la supervivencia de nuestros niños, como subraya Mario Luis Fuentes, investigador de la UNAM.
Para contextualizar, el VI Informe de Gobierno del Ejecutivo Federal de septiembre de 2024 indica que la tasa de mortalidad infantil en México ha tenido fluctuaciones alarmantes en años recientes. Desde una tasa de 13.9 muertes por cada mil nacidos vivos en 2019, descendió a 10.5 en 2020 y a 10.2 en 2021, pero subió a 12.2 en 2022 y a 13.6 en 2023.
Anualmente, se observan altas tasas de mortalidad en menores de cinco años por enfermedades respiratorias agudas, diarreicas y deficiencias nutricionales, relacionadas con el acceso limitado a servicios de salud de calidad, condiciones de vida inadecuadas y pobreza extrema. Estos factores son cruciales en la incidencia de enfermedades y muertes en la niñez.
El reciente suceso en el Estado de México evidencia fallas en los protocolos de control de infecciones y en la calidad de la atención médica, además de reflejar la pobreza y desigualdad que afectan a los niños.
Es esencial un análisis amplio de la política social para entender los determinantes sociales que causan enfermedades y muertes en niños. La pobreza, que afecta el acceso a servicios esenciales como salud, agua potable y alimentación adecuada, debe ser una prioridad.
Condiciones de vida asociadas a la mortalidad infantil en México
Según el CONEVAL, en 2022, 44% de los niños menores de cinco años vivían en pobreza, y 8% en pobreza extrema. Estas condiciones están directamente relacionadas con altas tasas de desnutrición y enfermedades prevenibles.
La disparidad en el acceso a servicios de salud es significativa, especialmente en zonas rurales e indígenas, donde la falta de infraestructura adecuada es crítica. Estados como Chiapas, Oaxaca y Guerrero muestran las tasas más altas de mortalidad infantil.
La precariedad en vivienda y saneamiento también contribuye al riesgo de enfermedades infecciosas. Según el INEGI (2023), 9% de los hogares rurales carece de acceso a agua potable y 15% no tiene servicios básicos de saneamiento.
El hambre y la malnutrición son factores críticos que incrementan la vulnerabilidad de los niños a enfermedades comunes. La ENSANUT 2022 reveló que 12% de los menores de cinco años en México sufren de desnutrición crónica.
Las principales causas de mortalidad en menores de cinco años están relacionadas con condiciones prevenibles, lo que demanda acciones urgentes para modificar las tendencias de los determinantes sociales de la salud. Por ejemplo, en 2023, las infecciones respiratorias agudas causaron 15% de las muertes en este grupo de edad, y las enfermedades diarreicas, 8%.
Es imperativo construir un país que garantice integralmente los derechos de la niñez, no solo como un mandato ético, sino también como un requisito fundamental de nuestro sistema de gobierno.