Morelia, Michoacán

Que solos se quedan los muertos, afirmaba el poeta Gustavo Adolfo Bécquer; sin embargo, en el Panteón Civil Municipal de Morelia la soledad de los difuntos es interrumpida, no sólo por los trabajadores y visitantes del camposanto, sino también por los gatos que han convertido este lugar de reposo en su hogar permanente.

Alrededor de 240 gatos de diferentes edades, colores y temperamentos habitan los espacios del Panteón Civil de Morelia, donde se les puede ver caminando entre los pasillos descansando, sobre las lápidas, en custodia perpetua de los accesos y como compañía, sobre todo de aquellos sepulcros de apariencia más abandonada.

La colonia felina comenzó con algunos michis que fueron abandonados por sus propietarios y empezaron a establecerse en el cementerio; al tiempo, otros más tuvieron crías y se refugiaron tras sus muros, y a algunos en situación de calle su instinto los lleva a buscar a sus semejantes.

Una vez detectados, los gatos son esterilizados y en adelante reciben alimento, agua y cuidados de parte de los trabajadores y visitantes del Panteón Civil.

La colonia felina se califica como feral, lo que implica que los ejemplares no son aptos para adopción; no obstante, conviven pacíficamente con los paseantes y los empleados del camposanto.

En el silencio entre las tumbas, una patitas se deslizan, unos ojos miran con curiosidad, y pequeños cuerpos afelpados acompañan tanto las tumbas más humildes y olvidadas como aquellas mejor preservadas y recientes. Son los michis que habitan en el Panteón Civil.