Por la lejanía con dicho país, las costas del Pacífico mexicano resentirían en menor escala el evento telúrico pronosticado por las autoridades niponas
Redacción / La Voz de Michoacán
Morelia, Michoacán. Los sismos son movimientos de la tierra que se generan por el acomodo de las placas tectónicas y estos suelen presentarse con mayor frecuencia en regiones donde colindan las placas, como es el caso de la placa del Pacífico que colinda con la placa de Norteamérica, la placa de cocos, la placa de Rivera y la placa del Caribe, esto de acuerdo con la doctora Ericka Alinne Solano Hernández, sismóloga y profesora de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) Morelia, del UNAM Campus Morelia.
La especialista detalló que las placas están en constante movimiento y la interacción entre ellas, ocasionan sismos, cuyos efectos pueden alcanzar varios kilómetros, aunque la intensidad del movimiento va a disminuir conforme las ondas se alejan del epicentro o punto donde se originó, por lo que en caso de que se registrara un “mega terremoto” en Japón, como lo pronosticaron las autoridades de aquel país, los alcances para México serían menores.
“Entre más te alejes del sismo, la amplitud de las ondas va decayendo y los efectos son menores”, explicó Solano Hernández, quien ejemplificó con los recientes movimientos telúricos ocurridos en México donde los mayores daños generados a la población fueron en los epicentros y las zonas aledañas, en tanto que en zonas más alejadas las ondas sísmicas se fueron debilitando lo que generó menor movimiento.
Un ejemplo de esto fue el sismo que ocurrió en el mes de marzo de 2011 en Japón, el cual alcanzó una magnitud de 9.1. El sismo provocó un tsunami, que dejó como saldo más de 18 mil personas fallecidas, según datos de las autoridades de aquel país. Sin embargo, a pesar de lo devastador de este fenómeno, en México, los efectos fueron menores y se reflejaron con un oleaje de hasta 70 centímetros de altura en Ensenada, Baja California.
Por tanto, en caso de que exista un mega terremoto, los efectos podrían ser menores. Cabe aclarar que esto no significa que se deba dejar de lado las medidas de seguridad ante un movimiento telúrico de gran magnitud, como seguir las indicaciones de las autoridades por el alto oleaje que se puede presentar en las costas del pacífico. Además, este tipo de fenómenos no se pueden predecir, por lo que las alertas emitidas por las autoridades de Japón ante este evento natural son meramente preventivas para que la población corra el menor riesgo posible.
La profesora universitaria también aclaró que en la historia del mundo son pocos los eventos sísmicos catastróficos registrados, que, para el caso de México, el evento de mayor magnitud del que existe constancia fue el ocurrido en el estado de Oaxaca en 1787, el cual se le conoce como el terremoto de San Sixto, en recuerdo al santo católico celebrado ese día.
Conforme a los reportes de la época, el evento ocurrió el 28 de marzo de 1787 a las 11:30 horas en las costas de Oaxaca y sur de Guerrero; y estimaciones recientes le asignan una magnitud entre 8.4 y 8.6, lo que lo ubica como el sismo más grande del que tengamos conocimiento en nuestro país.